Sinfónica de Chile brilla junto a director sueco con obras de Brahms, Panufnik y Mendelssohn

Ola Rudner
Ola Rudner
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Una brillante jornada cumplió el reciente fin de semana, la Orquesta Sinfónica de Chile, en el Teatro CEAC de Plaza Italia, bajo la dirección del maestro sueco Ola Rudner y la presentación del percusionista Gerardo Salazar como solista. En la oportunidad, los días 31 de julio y 2 de agosto, se ofrecieron los temas “Variaciones sobre el Coral de San Antonio”, Op.56ª, de Johannes Brahms; Concertino para timbales, percusión y cuerdas, de Andrzej Panufnik; y Sinfonía N° 5, Op.107, en Re mayor “La Reforma”, de Felix Mendelssohn-Bartholdy.

El concierto, denominado “Mente y belleza”, marcó el debut en Chile del maestro Rudner, quien ha sido descrito por la prensa europea, como “carismático e imponente. Actualmente es Director Titular de la Württembergische Philharmonie en Rutlinga, Alemania. Junto con ello, ha sido invitado de grandes orquestas del mundo, entre las que se cuentan sus actuaciones con la Orquesta Sinfónica de la BBC de Londres, Orquesta Filarmónica de Oslo, Filarmónica de Luxemburgo, Filarmónica de Hong Kong, Orquesta Sinfónica de Viena y Sinfónica de Sidney, entre varias otras.

Junto a la Sinfónica, el músico sueco se lució con una batuta sobria y elegante y una conducción serena y precisa, que le valieron nutridos aplausos a lo largo de sus dos presentaciones.

El programa comenzó con “Variaciones sobre el Coral de San Antonio”, Op.56ª, de Johannes Brahms, obra estrenada por la Orquesta Filarmónica de Viena el 1 de noviembre de 1873 bajo la dirección del propio compositor, quien escribió dos versiones, una para orquesta (op.56a) y otra para dos pianos (op.56b). Aquí Brahms establece conexiones con Haydn, de quien era admrador. Con 10 pasajes (2 Andantes y ocho Variaciones), diversos y muy melódicos, en menos de media hora, el autor alemán ofrece una bella partitura, en que las maderas de la Sinfónica, especialmente oboes y clarinetes, lucieron plenamente, al igual que los cornos.

Tras ello fue el turno del “Concertino” para timbales, percusión y cuerdas, del compositor moderno polaco Andrzej Panufnik (1914-1991), destacado como importante y versátil figura en la historia musical de su patria. La obra fue jerarquizada con la presentación de Gerardo Salazar, integrante solista en timbal y percusión de la Sinfónica, vital presencia en la armonía general de la interpretación, que logró hacer resaltar la calidad y precisión en un elemento sustancial, el sonido, a través de una vasta gama de colores, donde, según el percusionista Salazar, “se combinan exitosamente, los instrumentos de alturas definidas, con tonalidades indeterminadas y determinadas. Hay una interesante conjugación de armonías y la estética del compositor en su obra es muy poética, lo que establece como un desafío el poder traducir aquello a través de la interpretación”.

La obra fue escrita entre 1979 y 1980, para luego pasar por una revisión del compositor, tomando su forma definitiva en 1988. Siendo una obra relativamente reciente, su interpretación por parte de la Sinfónica y Salazar ha significado, un bein logrado estreno tanto en Chile como en el Cono Sur. “A lo largo de mi carrera me he encargado de estrenar o hacer la primera audición de excelentes conciertos para percusión con orquesta, y esta no es la excepción. Sin dudas, un gran e interesante nuevo desafío”, manifestó el músico, un aplaudido solista en esta ocasión.

El concierto finalizó con la Sinfonía N° 5, Op.107, en Re mayor “La Reforma”, del gran compoitor alemán Felix Mendelssohn-Bartholdy, presentada por primera vez en una audición privada el 15 de noviembre de 1832, en Berlín, con el propio compositor dirigiendo la Singakademie. Aunque está obra tuvo en sus primeras etapas, una conflictiva trayectoria por distintos motivos, logra representar el sello musical del autor y además, según los expertos musicales, “puede concebirse como un intento de conciliación entre la tradición musical alemana derivada del coral y la modernidad post beethoveniana”.

El público,asistente, muy conocedor de toda la obra sinfónica de Mendelssohn, premió largamente a los intérpretes, en especial al Director Ola Rudner, quien destacó a sus músicos, principalmente a la familia de las cuerdas. Sin embargo sumamos a las elogios, los brindados a bronces y percusión, esta vez destacando al solista José Coderch y en forma total, a las maderas, con muy buenos exponentes en flautas.

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Una brillante jornada cumplió el reciente fin de semana, la Orquesta Sinfónica de Chile, en el Teatro CEAC de Plaza Italia, bajo la dirección del maestro sueco Ola Rudner y la presentación del percusionista Gerardo Salazar como solista. En la oportunidad, los días 31 de julio y 2 de agosto, se ofrecieron los temas “Variaciones sobre el Coral de San Antonio”, Op.56ª, de Johannes Brahms; Concertino para timbales, percusión y cuerdas, de Andrzej Panufnik; y Sinfonía N° 5, Op.107, en Re mayor “La Reforma”, de Felix Mendelssohn-Bartholdy.

El concierto, denominado “Mente y belleza”, marcó el debut en Chile del maestro Rudner, quien ha sido descrito por la prensa europea, como “carismático e imponente. Actualmente es Director Titular de la Württembergische Philharmonie en Rutlinga, Alemania. Junto con ello, ha sido invitado de grandes orquestas del mundo, entre las que se cuentan sus actuaciones con la Orquesta Sinfónica de la BBC de Londres, Orquesta Filarmónica de Oslo, Filarmónica de Luxemburgo, Filarmónica de Hong Kong, Orquesta Sinfónica de Viena y Sinfónica de Sidney, entre varias otras.

Junto a la Sinfónica, el músico sueco se lució con una batuta sobria y elegante y una conducción serena y precisa, que le valieron nutridos aplausos a lo largo de sus dos presentaciones.

El programa comenzó con “Variaciones sobre el Coral de San Antonio”, Op.56ª, de Johannes Brahms, obra estrenada por la Orquesta Filarmónica de Viena el 1 de noviembre de 1873 bajo la dirección del propio compositor, quien escribió dos versiones, una para orquesta (op.56a) y otra para dos pianos (op.56b). Aquí Brahms establece conexiones con Haydn, de quien era admrador. Con 10 pasajes (2 Andantes y ocho Variaciones), diversos y muy melódicos, en menos de media hora, el autor alemán ofrece una bella partitura, en que las maderas de la Sinfónica, especialmente oboes y clarinetes, lucieron plenamente, al igual que los cornos.

Tras ello fue el turno del “Concertino” para timbales, percusión y cuerdas, del compositor moderno polaco Andrzej Panufnik (1914-1991), destacado como importante y versátil figura en la historia musical de su patria. La obra fue jerarquizada con la presentación de Gerardo Salazar, integrante solista en timbal y percusión de la Sinfónica, vital presencia en la armonía general de la interpretación, que logró hacer resaltar la calidad y precisión en un elemento sustancial, el sonido, a través de una vasta gama de colores, donde, según el percusionista Salazar, “se combinan exitosamente, los instrumentos de alturas definidas, con tonalidades indeterminadas y determinadas. Hay una interesante conjugación de armonías y la estética del compositor en su obra es muy poética, lo que establece como un desafío el poder traducir aquello a través de la interpretación”.

La obra fue escrita entre 1979 y 1980, para luego pasar por una revisión del compositor, tomando su forma definitiva en 1988. Siendo una obra relativamente reciente, su interpretación por parte de la Sinfónica y Salazar ha significado, un bein logrado estreno tanto en Chile como en el Cono Sur. “A lo largo de mi carrera me he encargado de estrenar o hacer la primera audición de excelentes conciertos para percusión con orquesta, y esta no es la excepción. Sin dudas, un gran e interesante nuevo desafío”, manifestó el músico, un aplaudido solista en esta ocasión.

El concierto finalizó con la Sinfonía N° 5, Op.107, en Re mayor “La Reforma”, del gran compoitor alemán Felix Mendelssohn-Bartholdy, presentada por primera vez en una audición privada el 15 de noviembre de 1832, en Berlín, con el propio compositor dirigiendo la Singakademie. Aunque está obra tuvo en sus primeras etapas, una conflictiva trayectoria por distintos motivos, logra representar el sello musical del autor y además, según los expertos musicales, “puede concebirse como un intento de conciliación entre la tradición musical alemana derivada del coral y la modernidad post beethoveniana”.

El público,asistente, muy conocedor de toda la obra sinfónica de Mendelssohn, premió largamente a los intérpretes, en especial al Director Ola Rudner, quien destacó a sus músicos, principalmente a la familia de las cuerdas. Sin embargo sumamos a las elogios, los brindados a bronces y percusión, esta vez destacando al solista José Coderch y en forma total, a las maderas, con muy buenos exponentes en flautas.