Hay síntomas por los que no dudamos en consultar al médico, como hemorragias profusas o dolores intensos en el pecho. Sin embargo, hay otros que ignoramos sin saber que pueden ser indicador de algo más serio.

Al respecto, la revista de salud Prevention, señaló algunos signos que no debemos pasar por alto.

1. Pierdes peso sin que lo intentes

Cuando pierdes peso en forma repentina y sin que hayas hecho un esfuerzo, debes prestar atención. “El peso se ve afectado por la ingesta de calorías, nivel de actividad, la salud general, la edad, ciertos medicamentos, y los factores económicos y sociales”, señala la doctora estadounidense Tracy Ann Siegfried, quien agrega que “si estos factores contribuyen a tu pérdida de peso, lo más probable es que no haya una condición médica subyacente”.

Consulta a un médico si pierdes el 5% de tu peso en un periodo de 6 a 12 meses, sin razón aparente. Por ejemplo, si pesas 70 kilos y de repente pierdes 3, anda a un médico.

La pérdida de peso inexplicable puede asociarse a diversos factores, entre los que se incluyen el cáncer, la depresión, la demencia, la enfermedad de Parkinson, diabetes, hipertiroidismo, entre otros trastornos.

2. Te duele el estómago por más de 3 días seguidos

Siegfried dice que la zona abdominal puede doler por diversos motivos, como indigestión, reflujo gastroesofágico, enfermedad ulcerosa, lesiones, estreñimiento, infecciones gastrointestinales, dolor muscular, entre otras razones.

“También puede ocurrir a partir de una reciente sesión de ejercicios o por gases. Si existen estos factores, lo más probable es que no sea necesario buscar atención médica de inmediato a menos que estés excesivamente preocupado”, comenta la especialista.

Consulta a un médico cuando el dolor dura más de tres días o está asociado a un golpe. Además, si la molestia se acompaña de presión o dolor en el pecho; se vuelve muy severo; tienes náuseas y vómitos; el abdomen está severamente distendido; o si muestras signos de ictericia (piel amarilla), debes visitar a un especialista en forma urgente.

3. No puedes recuperar el aliento

Siegfried indica que la falta de aliento puede ser provocada por mucho ejercicio, ansiedad, bronquitis, asma, y otras situaciones. Es normal sentirte así después de realizar actividad física intensa, siempre y cuando ésta desaparezca una vez que te detengas.

Asimismo, los cambios de temperatura extremos, la ansiedad, la obesidad y la elevada altitud también pueden hacer que te cueste respirar.

Sin embargo, es motivo de consulta cuando no puedes respirar bien y además te duele el pecho, se te hinchan los pies o tobillos, tienes fiebre alta, escalofríos y tos, tus labios o dedos se ponen azules, o si la condición empeora.

4. Te duele la cabeza en forma repentina e intensa, y sufres otros síntomas

“La mayoría de los dolores de cabeza no requieren atención médica”, afirma Siegfried, indicando que dentro de esto cuentan los dolores de cabeza crónicos diagnosticados como migrañas, tensión o cefalea, o bien, dolores asociados con la menstruación, la falta de sueño, mala alimentación, mala postura, vértigo, infecciones sinusales, consumo de determinados alimentos, y alcohol.

Pero debes consultar a un médico cuando tu dolor de cabeza es repentino e intenso, y se asocia con síntomas neurológicos como debilidad, mareos, pérdida repentina del equilibrio, caídas, entumecimiento u hormigueo. También si tienes fiebre, dificultad para respirar, rigidez en el cuello, salpullido, náuseas y vómitos, o si el dolor es tan intenso que te despierta por la noche o se produce después de una lesión en la cabeza. Si te duele la cabeza más de tres veces a la semana y no se alivia con medicamentos de venta libre, es otro motivo de revisión.

5. Tienes fiebre alta

Cuando el cuerpo lucha contra alguna infección, la temperatura del cuerpo se eleva. Virus, bacterias, hongos, medicamentos, toxinas e incluso las quemaduras solares pueden activar nuestro sistema inmune provocando este efecto.

Debes consultar a un médico cuando tu fiebre supera los 39° o dura más de 3 días. También es motivo de revisión si además sufres alucinaciones, confusión mental, irritabilidad, convulsiones, deshidratación, dolores de cabeza severos, erupciones en la piel, cuello rígido o dolor al doblar el cuello hacia delante.

6. Roncas demasiado

“Si el ronquido es ocasional y regular, tu sueño es reparador y no sufres de somnolencia durante el día, es muy probable que estés bien”, dice Peter Fotinakes, director médico del Centro de Trastornos del Sueño en el Hospital St. Joseph en Estados Unidos.

Debes preocuparte cuando roncas todas las noches y tus ronquidos tienen jadeos y resoplidos, indica Fotinakes, añadiendo que estos síntomas pueden ser indicadores de apnea del sueño, lo que a su vez puede conducir a problemas de presión.

7. Observas heces oscuras

El cambio en el color de las heces no siempre es motivo para alarmarse. Su coloración puede alterarse por comer alimentos como betarraga, arándanos u otras verduras de color rojo, o consumir pastillas de hierro y medicamentos de contienen bismuto.

“Sin embargo, estos son eventos de corta duración y se pueden asociar directamente con el cambio en la dieta”, dice el médico internista y oncólogo Jack Jacoub.

Debes consultar a un especialista cuando observas heces de color rojo y no has comido ningún vegetal de ese tono. Más aún, si tienes dolor abdominal, náuseas, calambres, vómitos o pérdida de peso. En tanto, las “heces negras sugieren sangrado de una fuente superior, es decir, el estómago, y pueden significar una úlcera, cáncer u otro trastorno”, explica Jacoub.

8. Tienes una peca o lunar de aspecto extraño

El dermatólogo Hong Nguyen indica que los lunares de color carne suave en el cuello, por lo general, no son cancerosos y no causan síntomas, pero pueden irritarse con la ropa o joyas.

Sin embargo, debes consultar cuando estas manchas son de forma irregular, asimétricas, tienen múltiples colores, miden más de 6 mm o cambian de forma, color, tamaño, te pican o duelen. También debes consultar cuando el lunar es rosado brillante o escamoso.

9. Tienes sed constante e insaciable

La médico internista Kristine Arthur, dice que la sed puede ser un efecto secundario del consumo de ciertos medicamentos, como los de la presión arterial, diuréticos, y psicofármacos.

Pero debes consultar cuando tu sed imparable se acompaña de hinchazón en las piernas y rápido aumento de peso, porque puede ser una señal de problemas del corazón o de los riñones. “También puede ser un signo de diabetes mellitus”, indica Arthur, explicando que el exceso de azúcar en la sangre hace que las personas orinen más y sientan necesidad de beber más líquido. Si además de sed, tienes náuseas, mareos, visión borrosa y fatiga, con mayor razón debes acudir a un especialista.

10. Sufres acidez constante

Guy Mayeda, cardiólogo del Hospital Buen Samaritano en Los Angeles (EEUU) dice que debes consultar a un médico si esto te pasa cuando caminas o haces actividad física, porque podría tratarse de angina de pecho o enfermedad cardíaca. “Los síntomas deberían desaparecer después de caminar y tomar antiácidos. Si se pone peor cuando vuelves a caminar, probablemente no es acidez”, asegura el médico.

11. Te duelen los músculos sin haber hecho ejercicio

Cuando experimentas dolores musculares que empeoran con el paso del tiempo y te sientes cada vez más débil, además de notar que tu orina es más oscura, puedes padecer rabdomiólisis, que es “la descomposición del tejido muscular que ocasiona la liberación de los contenidos de las fibras musculares en la sangre. Estas sustancias son dañinas para el riñón y con frecuencia causan daño renal”, explica Medline Plus, portal de la Biblioteca de Medicina de Estados Unidos.

12. Tu estreñimiento dura semanas

Sufrir estreñimiento de vez en cuando no es raro. “Aunque no es generalmente algo de qué preocuparse, a veces el estreñimiento puede ser un signo de una enfermedad grave”, dice James J. Lee, gastroenterólogo estadounidense.

Algunos medicamentos, tomar poca agua, consumir poca fibra, el colon irritable, el hipotiroidismo, y el estrés pueden causarlo.

Pero si tu estreñimiento dura más de dos semanas, observas sangre, pierdes peso de manera inesperada, tus heces son como un “lápiz fino”, o tienes dolor abdominal severo, debes acudir al médico.