Cuando Fernando Villegas dice “pasó la vieja” ¿de qué vieja está hablando? ¿O está hablando con una frase poco feliz nada menos y nada más que del paso inexorable del tiempo y de las oportunidades?

“Pasó la vieja comiendo lentejas”, dice la rima infantil del “corre el anillo”, siempre citada incompleta, y es la figura de la muerte.

“Pasó la vieja comiendo lentejas, pasó un soldado comiendo helado, a todos le dio, menos a mí”.

La misma imagen de la muerte que casi se llevó a Carmen Gloria Quintana y sí se llevó a Rodrigo Rojas De Negri en una de las imágenes más espantosas de la dictadura, el dantesco fuego consumiendo a estos jóvenes, desfigurando a la sobreviviente para siempre, marcando el resto de su vida, impidiendo sentir que cualquier tiempo puede pasar.

Pasó la vieja, dice Fernando Villegas. Y esta frase cae en el torbellino de las redes sociales y desata en Twitter un combate implacable.

Fernando Villegas es tratado en Twitter, por lo bajo, de weón, mierda, cínico, facho y el regente de la librería Qué Leo de Ñuñoa declara que devolverá a la editorial los libros del autor de estas palabras, en un acto de depuración que niega todo derecho a la exposición a quien se atreve a decir semejante cosa sobre la agonía eterna de Carmen Gloria Quintana.

Quizás teme otras frases poco felices en sus textos, ese mal hablar de Fernando Villegas que lo caracteriza y con las cuales tan bien le ha ido.

El debate arde y el librero es calificado de censurador y autor de un atentado contra la libertad de expresión comparable a la dictadura militar.

La frase sacada fuera de contexto provoca un río de tuits, 4000 hashtags de #pasólavieja o de #villegas, en tres días -según el barrido hecho por la agencia digital Blacksheep- desde la emisión del programa donde se pronuncia la frase absolutamente malentendida.

Rafael Gumucio es uno de los que intenta colocar las cosas en su sitio junto a Pedro Cayuqueo, y se trenzan en una suerte de esgrima verbal con Gonzalo Maza, el librero, a vista y agitación de todos los tuiteros, entre los cuales se ha pasado de una condena brutal, propia de un coliseo que pide la muerte de un asesino, a la revisión de la frase aquella.

Carmen Gloria Quintana está preocupada de otras frases, de otras personas.

Cuando se va aclarando la cosa, Carmen Gloria Quintana no puede estar más de acuerdo con Fernando Villegas.
La hora de la reconciliación real, de la verdadera justicia, ha pasado.

Pasó la vieja, señoras y señores y las redes sociales, encabritadas en su lógica de masas, donde un malentendido actúa como una espoleta en un barril de pólvora, crucifican durante un par de días a Fernando Villegas para luego anunciar el librero que fue sólo una sanción temporal y los libros del sociólogo mal hablado volverán a sus estantes.

“Pasó la vieja, pasó un soldado, pasó un chiquillo comiendo huesillos, corre el anillo por un portillo”.

De la Parra

De la Parra

Pasaron muchas cosas. Entre otras el incendio de Twitter quemando esta vez simbólicamente a Villegas. Por suerte se puede sobrevivir del malentendido.

No deja cicatrices horribles. Y para los tuiteros pasa la vieja comiendo lentejas y a otra cosa mariposa. Sólo que durante días vemos qué salvaje puede ser la multitud y qué cruel sentir que debajo de la paz aparente aún late la irritación y el desconsuelo.

Marco Antonio de la Parra
@marcodelaparra
Director Departamento de Estudios Blacksheep.
Psiquiatra, escritor y dramaturgo chileno.