Al menos 25 personas murieron el viernes en un nuevo ataque de presuntos islamistas en una aldea del estado de Borno, en el nordeste de Nigeria, informaron este sábado varios habitantes.

“Los terroristas atacaron Maikadiri en torno a las 09:00 horas y empezaron a disparar contra ciudadanos (…) Más de 20 personas murieron”, afirmó Simon Templer, un habitante de la aldea refugiado en Maiduguri, la capital del estado, donde un responsable policial confirmó el ataque.

Los atacantes “asediaron (la aldea) a la luz del día, porque no hay soldados ni policías cerca”, explicó Markus Ali, otro habitante. “Hemos contado 21 cuerpos”, dijo.

“Mi anciana madre sigue escondida entre la maleza, la mayoría de la gente de nuestra comunidad huyó y varias casas y comercios fueron quemados”, precisó Templer.

La aldea de Maikadari se encuentra en el distrito de Askira, en el sur del estado de Borno, cerca del bosque de Sambisa, uno de los refugios históricos del grupo islamista Boko Haram.

Otros dos pueblos cercanos a Maikadiri también fueron atacados, según Maina Ularumu, el líder del distrito de Madagali.

“Los asaltantes llegaron a bordo de 10 motos, eran dos o tres por moto. Atacaron Kopa, Maikadiri y Yafa”, contó Ularumu.

Según él, cuatro personas murieron en Yafa.

Los autores del ataque “son habitantes de esos pueblos que se unieron a Boko Haram (…) Ahora no tienen límites, atacan a su propia comunidad a causa de la presión que sufren por la ofensiva del ejército”, asegura Ularumu.

Fatima Saleh, una habitante de Maigana, una aldea vecina, vio pasar a los asaltantes y afirmó a la AFP que había reconocido a algunos habitantes de la región.

En los últimos meses, el ejército nigeriano llevó a cabo numerosos ataques para expulsar de allí a los islamistas y liberó a decenas de mujeres y niños que estaban en cautiverio. Pero varios gobernadores del nordeste han afirmado esta semana que Boko Haram sigue ocupando el bosque.

Los ataques cometidos por Boko Haram y la represión de la insurrección por parte de las fuerzas del orden han provocado más de 15.000 muertos y 1,5 millones de desplazados en Nigeria desde 2009.

Un nuevo estallido de violencia ha causado más de 800 muertos desde la investidura a finales de mayo del nuevo presidente Muhamadu Buhari, que ha convertido la lucha contra los islamistas en una prioridad de su gobierno.