Un nuevo reto político se le plantea este miércoles al primer ministro griego Alexis Tsipras: frenar la erosión de su mayoría en la votación parlamentaria de un segundo paquete de reformas exigido por su acreedores antes de validar la ayuda financiera internacional.

La adopción de este texto -una reforma de la justicia civil y la transposición de una directiva europea sobre los bancos- por una mayoría de los 300 diputados no ofrece muchas dudas. El suspenso radica en la actitud de los diputados de Syriza, el partido de izquierda radical del primer ministro.

El primer proyecto de ley adoptado con carácter urgente el pasado miércoles, dos días después de la conclusión con fórceps de un acuerdo entre Grecia y sus acreedores sobre la negociación de un tercer plan de rescate financiero, fue adoptado con comodidad por 229 diputados de 300.

Sin embargo, Alexis Tsipras perdió su mayoría absoluta en el Parlamento y tuvo que apoyarse en los votos de la oposición.

La agencia de notación Standard and Poor’s aumentó la noche del martes en dos escalones la nota a Grecia, a “CCC+” con perspectiva “estable”. S&P estima que el acuerdo de Atenas con sus acreedores reduce la posibilidad de una salida del país de la zona euro, aunque el riesgo de un ‘Grexit’ sigue siendo “elevado”.

En Atenas, el primer ministro hizo gala de firmeza el martes con los descontentos dentro de la izquierda radical. “Leo declaraciones heroicas pero no hay ninguna propuesta alternativa” al plan de los acreedores, espetó, según una fuente gubernamental.

Después de la votación de la semana pasada, procedió a un reajuste y apartó sobre todo a los ministros que se negaron a validar las primeras medidas del acuerdo con los socios dela Eurozona, que contradice todas las promesas de Syriza a los electores cuando llegó al poder en enero.

Luz verde para nuevas discusiones

La coalición gubernamental entre Syriza y el partido de derechas soberanista ANEL supone 162 diputados. La mayoría absoluta requiere 151 votos. El pasado miércoles, 39 de los 149 diputados de Syriza no respetaron la disciplina de partido: 32 votaron contra, seis se abstuvieron y se registró una ausencia.

Alexis Tsipras, que cumple 41 años en menos de una semana, sigue siendo para casi dos tercios de electores el político mejor considerado para dirigir el país, según un sondeo aparecido la semana pasada. Syriza sigue encabezando las intenciones de voto en caso hipotético de unas legislativas anticipadas, inevitables para numerosos electos y analistas.

Tras la votación de una dolorosa subida del impuesto al valor añadido (IVA), vigente desde el lunes, y de una reforma restrictiva de las pensiones, la reforma del código de la justicia civil sometida a ratificación este miércoles puede parecer menos polémica.

Iniciada por el Gobierno precedente (derecha-socialista) a requerimiento de los acreedores -Unión Europeo, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional, fue criticada por las organizaciones profesionales de abogados porque consideran que confiere más derechos a los bancos cuando se producen quiebras o requisas inmobiliarias.

Una vez adoptado este texto, las discusiones sobre el lanzamiento del tercer plan de ayuda (más de 80.000 millones de euros en tres años) deberían comenzar con la visita de los expertos de los acreedores internacionales a Atenas.

Si todo va según lo previsto, acabarían antes del 20 de agosto, plazo para un considerable pago al BCE.

Los 7.160 millones de euros desbloqueados con urgencia por la UE han servido para pagar dos atrasos con el FMI y el BCE. El mismo día del pago, volvieron a abrir los bancos griegos después de tres semanas de cierre, pero los griegos sólo pueden retirar 60 euros diarios y las transferencias al extranjero siguen estando controladas.

Uno de los principales puntos de fricción en las discusiones venideras con los acreedores será el alivio de la deuda griega, que supera 300.000 millones de euros (180% del PIB).