Observatorio de Políticas Culturales lanza nuevo Programa: “Derecho a la Cultura”

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En Chile una persona perteneciente a una familia rica, con educación universitaria y que vive en la Región Metropolitana, formará parte de la población con más altas tasas de participación y consumo cultural. Mientras que una persona en situación de pobreza, con bajos niveles de escolaridad y que vive en regiones, tendrá una participación cultural prácticamente nula. En este contexto ¿cómo garantizamos el Derecho a la Cultura?

El Observatorio de Políticas Culturales inicia un nuevo programa que tiene como objetivo poner en evidencia la enorme desigualdaden el acceso, participación y consumo cultural de los ciudadanos,y buscar fórmulas concretas para garantizar el derecho a la cultura en Chile.

Una de las primeras acciones del programa es mostrar, a través de una serie de infografías que circularán a través de redes sociales, cómo las condiciones sociales y económicas de una comunidad influyen en el acceso a los bienes culturales y al fortalecimiento de su identidad.

“La evidencia muestra que quienes tienen más recursos y más educación tienen un nivel de participación cultural muy superior a quienes no tienen”, señala. “Por otra parte, esta inequidad ahonda y perpetua la desigualdad en otros ámbitos”, indicó la Directora del OPC, Bárbara Negrón.

Según la Tercera Encuesta Nacional de Participación y Consumo Cultural de 2012, el grupo que presenta una participación cultural alta corresponde a personas entre 15 y 29 años, con educación universitaria, que habitan en la zona centro del país y que pertenecen al grupo socioeconómico ABC1 y C2. En cambio quienes tienen 60 años o más, cuentan sólo con educación básica, habitan en provincia y pertenecen al estrato socioeconómico E, presentan una participación cultural prácticamente nula.

Al mismo tiempo, el factor cultural impacta en los diversos ámbitos del desarrollo social, pudiendo potenciar áreas como la educación, la economía y el territorio, contribuyendo a un desarrollo más equitativo. Al respecto es importante tener en cuenta, que tal como dijo Farida Shaheed, relatora especial de Naciones Unidas por los Derechos Culturales, “cada vez se admite más que la cultura tiene una significativa aportación a la economía, pero es más que eso. La Cultura es el aglutinador entre las dimensiones social, económica, ambientales, etc.”

Otro hito de este programa, es el IV Seminario Internacional de Políticas Culturales organizado por el OPC y Balmaceda Arte Joven, que se realizará el 25 de agosto en el Centro Cultural Gabriela Mistral, GAM, y el 26 y 27 del mismo mes en Valparaíso, Talca y Concepción.

En palabras de la Directora del OPCel seminario intentará debatir varias cuestiones, como “qué es el derecho a la cultura y a qué se refiere concretamente”. También se tratará de “ver como se consagra este derecho en nuestra legislación y se implementan mecanismos y políticas públicas que aseguren que este derecho se ejerza y no se vulnere”.

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En Chile una persona perteneciente a una familia rica, con educación universitaria y que vive en la Región Metropolitana, formará parte de la población con más altas tasas de participación y consumo cultural. Mientras que una persona en situación de pobreza, con bajos niveles de escolaridad y que vive en regiones, tendrá una participación cultural prácticamente nula. En este contexto ¿cómo garantizamos el Derecho a la Cultura?

El Observatorio de Políticas Culturales inicia un nuevo programa que tiene como objetivo poner en evidencia la enorme desigualdaden el acceso, participación y consumo cultural de los ciudadanos,y buscar fórmulas concretas para garantizar el derecho a la cultura en Chile.

Una de las primeras acciones del programa es mostrar, a través de una serie de infografías que circularán a través de redes sociales, cómo las condiciones sociales y económicas de una comunidad influyen en el acceso a los bienes culturales y al fortalecimiento de su identidad.

“La evidencia muestra que quienes tienen más recursos y más educación tienen un nivel de participación cultural muy superior a quienes no tienen”, señala. “Por otra parte, esta inequidad ahonda y perpetua la desigualdad en otros ámbitos”, indicó la Directora del OPC, Bárbara Negrón.

Según la Tercera Encuesta Nacional de Participación y Consumo Cultural de 2012, el grupo que presenta una participación cultural alta corresponde a personas entre 15 y 29 años, con educación universitaria, que habitan en la zona centro del país y que pertenecen al grupo socioeconómico ABC1 y C2. En cambio quienes tienen 60 años o más, cuentan sólo con educación básica, habitan en provincia y pertenecen al estrato socioeconómico E, presentan una participación cultural prácticamente nula.

Al mismo tiempo, el factor cultural impacta en los diversos ámbitos del desarrollo social, pudiendo potenciar áreas como la educación, la economía y el territorio, contribuyendo a un desarrollo más equitativo. Al respecto es importante tener en cuenta, que tal como dijo Farida Shaheed, relatora especial de Naciones Unidas por los Derechos Culturales, “cada vez se admite más que la cultura tiene una significativa aportación a la economía, pero es más que eso. La Cultura es el aglutinador entre las dimensiones social, económica, ambientales, etc.”

Otro hito de este programa, es el IV Seminario Internacional de Políticas Culturales organizado por el OPC y Balmaceda Arte Joven, que se realizará el 25 de agosto en el Centro Cultural Gabriela Mistral, GAM, y el 26 y 27 del mismo mes en Valparaíso, Talca y Concepción.

En palabras de la Directora del OPCel seminario intentará debatir varias cuestiones, como “qué es el derecho a la cultura y a qué se refiere concretamente”. También se tratará de “ver como se consagra este derecho en nuestra legislación y se implementan mecanismos y políticas públicas que aseguren que este derecho se ejerza y no se vulnere”.