La derecha retuvo a duras penas la alcaldía de Buenos Aires en un balotaje el domingo por ínfimos tres puntos, resultado que cayó como agua helada sobre su candidato presidencial, Mauricio Macri, y devuelve expectativas a otros opositores para los comicios del 25 de octubre.

Aunque alcanzó para ganar en el bastión de su partido Propuesta Republicana (PRO, derecha), el exiguo margen pone en duda el liderazgo de Macri como principal candidato opositor, opinaron este lunes analistas.

El triunfo le dio la alcaldía a su delfín Horacio Rodríguez Larreta por 51,62% de los votos contra 48,38% del economista Martín Lousteau, líder de una coalición reúne a socialdemócratas, socialistas y la derecha más moderada.

“Macri quedó muy golpeado en su principal distrito -que gobierna desde 2007-, justo cuando esperaba una amplia victoria para un relanzamiento triunfal de su campaña presidencial”, dijo a la AFP Mariel Fornoni de la consultora Management & Fit.

Frente a ello “el que más festejó fue el oficialismo porque se fortaleció la candidatura presidencial de Daniel Scioli” por el Frente para la Victoria (FPV), el partido de la presidenta peronista de centroizquierda Cristina Kirchner, favorito en los sondeos.

Según Fornoni, “Lousteau capitalizó los votos del FPV y también de la izquierda”, ambos marginados del balotaje tras la primera vuelta del pasado 5 de julio y que pidieron no votar o hacerlo en blanco.

El jefe de gabinete, Aníbal Fernández, consideró que el resultado relega al PRO a ocupar el lugar de “un partido vecinal”, limitado a la capital argentina.

“Ganar las elecciones por tres puntos es una situación incomodísima de alguien que pretendía ser el representante de la oposición en el país”, azuzó Fernández.

Como primera reacción al golpe, Macri ensayó el domingo un discurso en el que obvió la estrechez del triunfo.

Pese a haber hecho de la idea del cambio el eje de su campaña, prometió que de llegar a la presidencia mantendrá pilares del gobierno de Kirchner, como políticas sociales y la gestión estatal de la petrolera YPF y Aerolíneas Argentinas.

“Cuando lo escuché hablar de la Asignación Universal por Hijo y Aerolíneas pensé que era Mariano Recalde”, ironizó el lunes Máximo Kirchner, hijo de la mandataria y líder de la juventud del FPV, en relación al candidato a alcalde por el oficialismo nacional, derrotado en primera vuelta.

Río revuelto

El chubasco sobre el PRO puede ser una oportunidad para el resto de los candidatos opositores de reacomodar sus estrategias de cara a las primarias obligatorias del 9 de agosto en las que están convocados unos 32 millones de electores.

Entre ellos Sergio Massa, un peronista de centroderecha que lidera el Frente Renovador y peleará la interna con José Manuel de la Sota, gobernador de Córdoba (tercer distrito electoral) para ser el candidato presidencial.

“La capital demostró que los esfuerzos de quienes presionan desde las encuestas o desde las operaciones para facilitar el camino de la polarización se equivocan”, dijo Massa, protagonista de un fustrada alianza con el PRO.

En los últimos meses, el PRO perdió en dos bastiones electorales de peso –Santa Fe (centro) y Córdoba (centro)– “y ahora logró un triunfo muy ajustado, ¿y siguen queriendo que creamos que Macri es el gran opositor al gobierno?”, se preguntó De la Sota.

Aliados de Kirchner triunfaron este año en cinco elecciones a gobernador, mientras un frente independiente de centroizquierda con predominio peronista se impuso en Río Negro (sur).

Macri aún debe revalidar su candidatura presidencial en internas por la alianza Cambiemos, que apoya el partido de Lousteau (ECO), y en las que competirán la Unión Cívica Radical (socialdemócrata) con Ernesto Sanz, y la derecha moderada de la Coalición Cívica ARI, con Elisa Carrió.

Lousteau adelantó el lunes que apoyará a Sánz en las primarias y reveló que no votará a Macri en las generales, si resulta ganador.

“Para Macri el triunfo en la elección porteña era la condición necesaria, pero no suficiente para su éxito en la elección presidencial”, opinó el politólogo Rosendo Fraga.

“Esto hace dudar si en realidad Macri tiene tantas posibilidades de llegar a la presidencia y en todo caso deja claro que en Argentina nada esta dicho hasta que se abren las urnas”, dijo Fornoni.