A la hora exacta en que hace 21 años una bomba mató a 85 personas e hirió a 300 en el centro judeo-argentino AMIA de Buenos Aires, sonó este viernes una sirena de homenaje en uno de los cuatro actos comunitarios en reclamo de justicia.

Como ocurre desde 1994, frente a la reconstruida sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), el presidente de la Federación de Comunidades Judías, Ariel Cohen, reclamó al gobierno que “se tomen medidas para que los imputados iraníes sean sometidos a la justicia”.

No podemos pactar con los asesinos“, dijo Cohen en el acto oficial que comenzó con el sonido de la sirena a las 09:53 locales (mismo horario en Chile).

En su discurso, Cohen rechazó todo tipo de entendimiento con Irán, a cuyos exgobernantes la justicia argentina imputó el atentado, aunque nunca pudo interrogar a los acusados.

En simultáneo, otra ceremonia de homenaje se realizaba frente al Palacio de Tribunales, convocada por la organización de familiares de las víctimas Memoria Activa, que discrepa con las posturas políticas de la actual conducción de la AMIA.

Un tercer acto se desarrollará al mediodía en la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, convocado por una tercera organización de familiares de las víctimas, cercana al gobierno de la presidenta Cristina Fernández, y un cuarto homenaje cerrará la jornada en la tarde.

La fecha exacta del aniversario es el sábado pero coincide con Shabat, el día de descanso judío, y por ello todos los actos alusivos se adelantaron un día.

Familiares de Nisman se hacen presentes

Iara Nisman (a la derecha) | Alejandro Pagni | AFP

Iara Nisman (a la derecha) | Alejandro Pagni | AFP

Del acto oficial de la AMIA participó Iara, de 15 años, una de las dos hijas del fallecido fiscal del caso AMIA, Alberto Nisman, quien fue encontrado muerto el 18 de enero pasado, cuatro días después de denunciar a la presidenta Fernández por presunto encubrimiento de los iraníes.

Nisman acusó a la mandataria de pactar con Irán la formación de una comisión internacional de juristas que llevase a los acusados al banquillo a cambio de presuntas prebendas económicas. La justicia rechazó la imputación por falta de pruebas.

Junto a la adolescente estuvo Sara Garfunkel, la madre de Nisman, la primera persona en descubrir el cadáver dentro del baño de su apartamento.

En el piso del baño estaba la pistola que disparó la única bala que lo mató al perforarle la cabeza y que el fiscal había pedido prestada a un colaborador judicial suyo, único imputado en la causa del misterioso caso.

Según los peritos forenses, Nisman se suicidó y hay pruebas de que nadie estuvo en el apartamento con él. Según los peritos de la familia, alguien lo obligó a arrodillarse y le disparó.