“The Hard Problem” trae desde Londres una obra teatral en que la ciencia se enfrenta a lo espiritual

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La revolución tecnológica de la escena teatral continuó con la proyección en diferido desde el National Theatre de Londres, del esperado montaje ‘The Hard Problem’, del aclamado dramaturgo Tom Stoppard (‘Shakespeare in Love’, ‘Arcadia’), una gran producción sobre los dilemas que confronta la neurociencia y que en Chile llegó al escenario del Teatro Nescafé de las Artes.

La obra destaca como base la interrogante ¿qué es la conciencia? para desarrollar una trama que, según la crítica, contiene “una carga intelectual importante” y “una trama llena de ideas interesantes y estimulantes”.

Dirigida por Nicholas Hytner (‘Othello’, ‘Hamlet’), ‘The Hard Problem’ cuenta la historia de Hilary -interpretada por Olivia Vinall-, una joven psicóloga que trabaja en un instituto de neurociencia, donde se enfrenta a distintas interrogantes, la mayor de ellas, el enfrentamiento de Dios y la Ciencia.

Original y arriesgado, el dramaturgo Stoppard juega con una temática que combina ciencias como la química, neurobiología, psicología y teología para intentar explicar la problemática que aqueja a la protagonista, quien se enfrenta a sus colegas, todos reputados científicos que se muestran escépticos y burlescos ante su duda: si no hay nada más que materia, ¿qué es la conciencia?

Un “arduo problema” que llevará a Hilary a hacerse una serie de cuestionamientos mientras intenta realizar su tesis doctoral y cuya profunda convicción espiritual se ve atormentada constantemente por Spike (Damien Molony), su tutor y amante. La conciencia, la moral y el comportamiento humano son en “The Hard Problem”, “un actor más sobre el escenario”, una producción que según la crítica no viene a enseñar ni a dar lecciones de nada, pero que es capaz de atrapar mágicamente al público durante toda la obra.

Como obra de teatro, en nuestra opinión, la obra es insistente en el intercambio de diálogos de refinada erudición sobre el tema científico-teológico, trasformándose a ratos en una excesiva y ardua serie de planteamientos biológico-filosóficos y alejándose de lo meramente teatral. Los actores, todos muy buenos, muy expresivos, muy comprometidos con la idea de autor y director, es verdad que hacen pensar y mucho a los espectadores, que por momentos se humanizan, pero no hay sorpresa, acción ni emoción en el desarrollo de la obra: sólo una muy buena exposición del temario planteado. Y el todo nos hace pensar que más que frente a una obra teatral, estuvimos atentos a una mesa redonda de notables, en planteamientos y discuciones, sobre propuestas muy poco terrenales.

Lo que opinó la prensa británica

“Estimulante, Absorbente. Un rico trabajo cargado de ideas”
- Observer

“100 minutos de un brillante dolor de cerebro”
- Daily Mail

“Intelectualmente cargada. Pulsos con ideas interesantes. Elegantemente dirigida por Nicholas Hytner”
- Evening Standard

“Los actores son magníficos, la puesta en escena impecable y lo que ocurre en el escenario inquietante”
- El País

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La revolución tecnológica de la escena teatral continuó con la proyección en diferido desde el National Theatre de Londres, del esperado montaje ‘The Hard Problem’, del aclamado dramaturgo Tom Stoppard (‘Shakespeare in Love’, ‘Arcadia’), una gran producción sobre los dilemas que confronta la neurociencia y que en Chile llegó al escenario del Teatro Nescafé de las Artes.

La obra destaca como base la interrogante ¿qué es la conciencia? para desarrollar una trama que, según la crítica, contiene “una carga intelectual importante” y “una trama llena de ideas interesantes y estimulantes”.

Dirigida por Nicholas Hytner (‘Othello’, ‘Hamlet’), ‘The Hard Problem’ cuenta la historia de Hilary -interpretada por Olivia Vinall-, una joven psicóloga que trabaja en un instituto de neurociencia, donde se enfrenta a distintas interrogantes, la mayor de ellas, el enfrentamiento de Dios y la Ciencia.

Original y arriesgado, el dramaturgo Stoppard juega con una temática que combina ciencias como la química, neurobiología, psicología y teología para intentar explicar la problemática que aqueja a la protagonista, quien se enfrenta a sus colegas, todos reputados científicos que se muestran escépticos y burlescos ante su duda: si no hay nada más que materia, ¿qué es la conciencia?

Un “arduo problema” que llevará a Hilary a hacerse una serie de cuestionamientos mientras intenta realizar su tesis doctoral y cuya profunda convicción espiritual se ve atormentada constantemente por Spike (Damien Molony), su tutor y amante. La conciencia, la moral y el comportamiento humano son en “The Hard Problem”, “un actor más sobre el escenario”, una producción que según la crítica no viene a enseñar ni a dar lecciones de nada, pero que es capaz de atrapar mágicamente al público durante toda la obra.

Como obra de teatro, en nuestra opinión, la obra es insistente en el intercambio de diálogos de refinada erudición sobre el tema científico-teológico, trasformándose a ratos en una excesiva y ardua serie de planteamientos biológico-filosóficos y alejándose de lo meramente teatral. Los actores, todos muy buenos, muy expresivos, muy comprometidos con la idea de autor y director, es verdad que hacen pensar y mucho a los espectadores, que por momentos se humanizan, pero no hay sorpresa, acción ni emoción en el desarrollo de la obra: sólo una muy buena exposición del temario planteado. Y el todo nos hace pensar que más que frente a una obra teatral, estuvimos atentos a una mesa redonda de notables, en planteamientos y discuciones, sobre propuestas muy poco terrenales.

Lo que opinó la prensa británica

“Estimulante, Absorbente. Un rico trabajo cargado de ideas”
- Observer

“100 minutos de un brillante dolor de cerebro”
- Daily Mail

“Intelectualmente cargada. Pulsos con ideas interesantes. Elegantemente dirigida por Nicholas Hytner”
- Evening Standard

“Los actores son magníficos, la puesta en escena impecable y lo que ocurre en el escenario inquietante”
- El País