Poco antes de las 18:30 horas de Chile, el papa Francisco aterrizó en suelo boliviano para dar inicio a una gira que lo mantendrá hasta el viernes en el país altiplánico.

Se trata de la segunda etapa de su paso de ocho días por América Latina, iniciada el domingo en Ecuador, donde abogó por los “excluidos”, criticó los “liderazgos únicos” y lanzó un apremiante llamado para proteger a la “madre tierra”.

En su discurso de recepción, el presidente boliviano, Evo Morales, dio la bienvenida a Francisco a una parte de la patria grande sin salida marítima.

“Usted viene lleno de energía luego de respirar la brisa del pacífico ecuatoriano. Usted ha llegado a una tierra de paz que busca justicia. Bienvenido a una parte de la patria grande, a la que se le ha mutilado su derecho al acceso al mar mediante una invasión”, comentó a viva voz Morales.

El papa por su parte, sin hacer mención al tema, destacó los avances bolivianos en materia de inclusión. “Bolivia está dando pasos importantes para incluir a amplios sectores en la vida económica, social y política del país”, dijo al intervenir.

“Es una tierra bendecida en sus gentes, con su variada realidad cultural y étnica, que constituye una gran riqueza y un llamado permanente al respeto mutuo y al diálogo”, añadió.

Chile a la expectativa

El gobierno de Chile, atento a la agenda papal, indicó en voz del canciller Heraldo Muñoz en la antesala que esperaba que “no hayan asuntos políticos que intervengan en esta visita pastoral”.

“Sabemos que en este asunto el Vaticano es neutral, más aún cuando Bolivia ha presentado unilateralmente una demanda contra Chile. Lo que corresponde es la no injerencia, la neutralidad”, enfatizó el jefe de la diplomacia nacional, respondiendo a preguntas sobre un eventual pronunciamiento del religioso sobre la demanda marítima del vecino país.

El líder de los católicos, de 78 años, visitará La Paz y Santa Cruz y luego de ello se trasladará a Paraguay, donde cerrará su traslado por Sudamérica.