Sin detenidos culminó el desalojo de la toma del Liceo de Aplicación, establecimiento emblemático de Santiago que había sido ocupado por sus estudiantes en el marco de la serie de movilizaciones que se desarrollan por mejoras en el sistema educativo e incidencia en las reformas a la enseñanza que impulsa el Gobierno.

Personal de Fuerzas Especiales de Carabineros dio curso al desalojo solicitado por la Municipalidad de Santiago, en línea con una política de completo rechazo a este tipo de manifestaciones que ha sido aplicada por la alcaldesa Carolina Tohá.

El actuar policial fue motivado por incidentes que se registraron en la intersección de la avenida Cumming con calle Romero, lugar en que encapuchados prendieron fogatas e instalaron barricadas para impedir la circulación de vehículos.

Al ingresar al recinto, el personal de la policía uniformada no encontró estudiantes. Los efectivos policiales realizaron una revisión exhaustiva del recinto antes de hacer entrega a sus autoridades que deberán catastrar los posibles daños en la infraestructura del establecimiento tras la protesta.

El pasado 02 de julio se había registrado el más reciente desalojo del lugar que desde hace al menos un mes viene siendo tomado por sus estudiantes. Además de protestar por el fin de la municipalización, los jóvenes solidarizan con los profesores y el paro que mantienen desde el 01 de junio en rechazo al proyecto de carrera docente.