La fiscalía alemana pidió una pena de tres años y medio de cárcel para Oskar Groning, de 94 años, ex contable del campo de exterminio nazi de Auschwitz, por “complicidad” en el exterminio de 300.000 judíos húngaros en las cámaras de gas.

Durante su intervención, el fiscal de Hanover, Jens Lehmann, tuvo en cuenta por un lado la “contribución menor” de Groning y por el otro el “número casi inimaginable de víctimas” para requerir la pena de tres años y seis meses de cárcel.

“Estamos ante un acontecimiento que se sitúa en los límites de la imaginación humana”, insistió el fiscal, al término de dos meses y medio de audiencias durante los cuales el tribunal de Luneburgo incursionó en el infierno de los campos de concentración y exterminio.

El contable de Auschwitz es pasible de una pena de 3 a 15 años, pero el fiscal optó por requerir apenas un poco más del mínimo.

Oskar Groning está acusado de haber participado en la “Operación Hungría”, lanzada en la primavera boreal de 1944, hacia el final de la Segunda Guerra Mundial, que concluyó con la muerte de 300.000 judíos oriundos de Hungría en el campo de concentración.

El fiscal insistió en la “contribución subalterna” del ex contable del campo de exterminio y destacó la constante voluntad de explicación del acusado.

Groning es acusado de haber “ayudado al régimen nazi a obtener beneficios económicos del exterminio” enviando el dinero de los deportados a Berlín y, sobre todo, de haber participado en la “selección” de los deportados aptos para el trabajo y de los que eran inmediatamente exterminados.

Antes de que la justicia se pusiera en marcha, Oskar Groning había contado espontáneamente su pasado nazi en varias entrevistas a la prensa.

Durante el juicio, Groning declaró que había cometido una “falta moral”.

El juicio de Groning podría ser el último juicio de un ex nazi en Alemania.