Un hábito tan simple como la ingesta de aspirina, puede prevenir una enfermedad tan mortal como es el cáncer. El Dr. Jack Cuzick, director del Instituto de Medicina Preventiva de la Universidad Queen Mary de Londres, Inglaterra, y quien descubrió la positiva relación entre el consumo diario de aspirina y la prevención del cáncer, visitó Chile y compartió sus experiencias en el marco de la visita del Comité Asesor Internacional del Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas, ACCDiS, formado por la Universidad de Chile Universidad Católica de Chile.

El Dr. Cuzick lideró un reciente estudio sobre los efectos benéficos de la aspirina en la prevención del cáncer. En esta investigación se observó que una dosis diaria de entre 75 mg a 100 mg, durante al menos cinco años, redujo significativamente el riesgo de desarrollar o fallecer producto de un cáncer de estómago, intestino y esófago. Las investigaciones del científico y Doctor en Matemáticas, arrojaron que el consumo de este medicamento de amplio uso comercial, logró disminuir un 30% los cánceres de estómago y esófago, y reducir la mortalidad por estas patologías, entre un 35% y 50%.

“No tengo objeciones hacia una prevención holística del cáncer pues entrega ciertos beneficios, pero para la gente que tiene un alto riesgo de cáncer, no es suficiente. Nuestro método es identificar personas en riesgo de padecer diferentes cánceres y tratar de prevenir esta enfermedad de manera activa, como es a través de la ingesta de aspirina”, señala el científico.

El investigador, miembro de la Academia de Ciencias Médicas del Reino Unido y autor de 520 artículos científicos, ha trabajado extensamente en el cáncer mamario y en la epidemiología de esta patología, que según estadísticas internacionales provoca el fallecimiento anual de unas 458 mil mujeres en el mundo, constituyendo a su vez la primera causa de mortalidad oncológica femenina.

El experto ha realizado estudios clínicos con más de 2 mil mujeres, descubriendo algunos biomarcadores que pueden ayudar al diagnóstico precoz de este cáncer. También, ha sido el primero en dar cuenta del efecto quimioprotector del fármaco tamoxifeno, actualmente empleado para el tratamiento de tumores colaterales.

“Comencé mi carrera profesional tratando a pacientes con cáncer pero luego me interesé en la epidemiología de la enfermedad tratando de entender sus causas”, afirmó.

El científico comentó que sus próximos pasos en la investigación es continuar con el ensayo clínico de la aspirina, pues es un método que tiene mayor potencial y grandes beneficios. En tanto, su segundo desafío es extender el uso de la vacuna contra el virus papiloma humano.

“Esta vacuna claramente puede eliminar el riesgo de desarrollar cáncer en gran parte de la población femenina. Además tengo un gran interés en trabajar con el uso de anti estrógenos en las mujeres con riesgo de cáncer de mama, por lo que continuaremos trabajando en nuestros ensayos clínicos, que son importantísimos ya que pueden entregar una protección de por vida”, indicó.

Consultado por la reticencia de cierta parte de la población hacia las vacunas, el científico sostiene que la vacuna contra el virus papiloma humano es muy segura y efectiva. “No hay razones por las cuales no vacunarse. Sus beneficios son muy importantes y no deben ser negados a las jóvenes”.

Un factor clave y desconocido: El sistema endocrino

John Cidlowsky, director del Molecular Endocrinology Group, en el Laboratorio de Señales Transduction (LST), Estados Unidos también visitó Chile como parte del Comité Asesor Internacional que apoya a ACCDiS.

El científico, galardonado el año 2008 por sus investigaciones en endocrinología, ha indagado en los mecanismos en qué células, tejidos y organismos usan para responder a los estímulos fisiológicos y ambientales. Los estudios realizados en LST señalan que las respuestas de las células a toxinas, estresores y señales ambientales tienen implicancias en diversos aspectos de la salud y enfermedad, incluyendo el desarrollo de fibrosis quística, diabetes, asma, corazón, enfermedades autoinmunes y cáncer.

“Las enfermedades endocrinas no son las enfermedades más prevalentes en el mundo pero casi toda patología que conozco tiene un componente endocrino. Un muy buen ejemplo es cualquier tipo de cáncer. Entonces el sistema endocrino está presente en todas las enfermedades pero en muchos aspectos ha sido ignorado”, afirma Cidlowsky. El experto también estudia las hormonas esteroideas y la regulación de la muerte celular en células neoplásicas.

“He estado trabajando en los aspectos endocrinológicos de muerte celular y otras enfermedades y todavía no tenemos respuesta. La nueva técnica molecular nos entregará más luces”.

El próximo paso del científico es la creación de una nueva droga que bloquea las enfermedades cardiovasculares. “Estamos trabajando arduamente para crear una droga que trabaje en tanto sobre los receptores de mineralocorticoides y glucocorticoides”, señala.