El inglés Lewis Hamilton (Mercedes), líder del Mundial de Fórmula 1, correrá en casa en Silverstone, en un nuevo duelo frente a su compañero de escudería, el alemán Nico Rosberg, el domingo en el Gran Premio de Gran Bretaña.

El desafío fue lanzado por Rosberg, hace dos semanas, en el Gran Premio de Austria, cuando ganó la carrera en el Red Bull Ring, para colocarse a diez puntos del líder, cuya ciudad natal, Stevenage, se encuentra a una hora en carretera de Silverstone.

“No pienso que yo estuviera en mi mejor forma en Austria. No fue un fin de semana fácil, por lo que terminar segundo no fue un desastre”, explicó el doble campeón del mundo inglés antes de la prueba de Silverstone, que ya ha ganado dos veces, pero con seis años de intervalo (2008, 2014).

Hamilton fue dominado con claridad en Austria por el subcampeón del mundo alemán. Y aunque el británico se había hecho de nuevo con la pole position (7 de 8 en 2015) el sábado, fue porque Rosberg cometió, en la última vuelta de las calificaciones, su único error de la semana.

Cuando recuerda Silverstone 2014, Hamilton se emociona todavía: “No puedo describir el sentimiento que tuve cuando levanté este trofeo delante de una marea de aficionados en la recta de boxes, tras haber esperado tanto tiempo. Guardaré para siempre ese momento en mi memoria. Ganar en casa, delante de mis seguidores, es algo especial”.

Para volver a ganar, Hamilton deberá marcar a Rosberg, que ha ganado en confianza tras su demostración austríaca: “Aparte de mi error en las calificaciones, me sentía que podía controlar todo, del principio al final. Estoy preparado para atacar a fondo en este circuito que aprecio mucho”, señaló el rubio alemán.

Rosberg ya ganó una vez en Silverstone, en 2013, y espera “una bella batalla” con Hamilton. Para dar las gracias “a los chicos de la fábrica de Brackley”, a un cuarto de hora del circuito, “que han construido un auto tan increíble”.

Dominio aplastante

Los dos pilotos de la escudería Mercedes-AMG quieren dar espectáculo, como lo han hecho a menudo desde el inicio de esta temporada 2015: con cinco dobletes en ocho carreras y siete victorias, pese al progreso de Ferrari (victoria de Sebastian Vettel en Malasia) o incluso Williams, que lleva dos podios, en Canadá y en Austria.

Si a eso se añade los once dobletes del año pasado, las 16 victorias en 19 carreras, y las 19 pole positions consecutivas para los pilotos Mercedes-AMG, eso explica también que una mayoría aplastante (89%) de los aficionados de Fórmula 1 quiera “más competencia” entre los equipos.

Más de 200.000 aficionados participaron en la encuesta lanzada en mayo por la Asociación de Pilotos de Grandes Premios (GPDA). Los resultados se hicieron públicos el miércoles.

Los aficionados encuentran la Fórmula 1 actual “cara, tecnológica y aburrida”, entre otras opiniones.

Eso no es culpa de Mercedes-AMG, que respeta los reglamentos y hace todo para ganar, desplegando el máximo de medios humanos y financieros. Era ya el caso cuando la escudería Ferrari, con Michael Schumacher, y después Red Bull Racing, con su joven compatriota Sebastian Vettel, acumulaban títulos mundiales, a inicios de este siglo que acaba de comenzar.

La gran diferencia con los años de monopolio Ferrari, y después de Red Bull, es que los pilotos de las Flechas de Plata no tienen consigna de carrera a respetar, no hay piloto número uno o dos.

Hamilton y Rosberg luchan con las mismas armas, hasta la bandera a cuadros y es siempre el mejor el que gana.

En el gran combate de 2015, Hamilton lidera por cuatro victorias a tres, cuando restan once duelos. Los casi 140.000 espectadores esperados el domingo en Silverstone van a disfrutar.