Categórico fue Diego Peralta, director regional del Indap, al calificar la situación de los agricultores que atiende su servicio: “Es una situación extrema, de extrema gravedad en el desempeño de ellos como agricultores y porque les afecta directamente a su negocio, al financiamiento”.

Peralta explicó que los usuarios hoy no sólo deben enfrentar restricciones hídricas, sino también de financiamiento, heladas y en el caso de algunos productos hortofrutícolas , la baja de precio.

Según indicó, de los 12 mil usuarios que apoya Indap en la región de Coquimbo, 10 mil están en siendo atendidos por la situación de emergencia.

Ante ese escenario, Peralta señaló que están convencidos que con el presupuesto normal de la institución puede dar solución a aquellos productores que cuentan todavía con recursos económicos, hídricos y de mano de obra.

“Debemos apoyarlos con financiamiento e incentivos para solucionar algunas brechas tecnológicas: en riego, en asesoría técnica, como también tenemos que entregar financiamiento vía crédito para que puedan hacer funcionar la máquina agrícola.

Sin embargo, el director regional indicó que “no podemos olvidar de aquellos agricultores que han ido perdiendo estos factores de producción: no tienen agua, están muy cortos de recursos, no tienen mano de obra y ahí caemos en la necesidad imperiosa de entregar medidas asistencialistas”.

Durante el año 2014 el presupuesto de Indap rondó los $11 mil millones y para este años se espera que supere el presupuesto histórico y bordeé los $ 12 mil millones. De esa cifra, $4.800 millones han sido dirigidos a la emergencia, mientras que el presupuesto restante a la operación normal.

Consultado sobre cuál debiera ser una cifra óptima para enfrentar la emergencia, el director regional señaló, “a nosotros nos gustaría tener recursos en emergencia por al menos el doble de lo que tenemos hoy día. Por tanto, deberíamos tener un presupuesto de alrededor de $5 mil millones en presupuesto normal de operación, y 10 mil millones de emergencia”.

Estos, explicó, debieran ser dirigidos a mejorar la producción, con algunas semillas, elementos de riego muy básicos, que estos agricultores puedan dar forraje y también elementos que les permita sobrellevar la vida en el campo.

“Hay un componente social y necesariamente debemos abordarlo si el resto de la institucionalidad no llega con las herramientas adecuadas”, dijo.