Quince británicos como mínimo murieron en el ataque contra un hotel en Túnez y ese número “podría aumentar”, informó este sábado un secretario de Estado británico.

“Masacre en las tumbonas (reposeras)”, “Viernes Sangriento”, “Terror en la playa”: desde la mañana, la prensa destacaba el duro tributo pagado por el Reino Unido en el ataque contra el hotel Riu Imperial Marhaba en Port el Kantaui, estación balnearia ubicada a 140 km al sur de Túnez, cerca de Susa.

“Al menos 15 ciudadanos británicos murieron” y “esta cifra podría aún aumentar porque algunos resultaron seriamente heridos en este ataque repugnante”, destacó Tobias Ellwood, secretario de Estado de Relaciones Exteriores encargado de África del Norte.

“Se trata del ataque terrorista más importante contra ciudadanos británicos” desde los atentados suicidas del 7 de julio de 2005, del cual el país se prepara para conmemorar su décimo aniversario.

Hace diez años en cuatro explosiones diferentes perpetradas por kamikazes en los transportes públicos londinenses murieron 56 personas y unas 700 resultaron heridas

Más recientemente, en enero de 2013, seis británicos fueron muertos en el ataque contra el complejo gasero argelino de In Amenas, perpetrado por un comando islamista.

Un poco más temprano en esta jornada, el primer ministro británico David Cameron advirtió que el país tenía que prepararse para esta eventualidad.

“Son turistas inocentes los que han sido asesinados”, dijo el primer ministro, que habló por teléfono con el presidente tunecino y con la canciller alemana Angela Merkel, así como también con el presidente francés François Hollande y el emir de Kuwait, jeque Sabah al Ahmad al Sabah, cuyo país sufrió el viernes un atentado contra una mezquita chiita en el que murieron 26 personas.

Señal de la implicación británica, Scotland Yard dijo haber enviado a “un gran número de policías a Túnez para apoyar a las autoridades tunecinas y llevar a cabo una investigación propia”.