En una época en que las temperaturas comienzan a disminuir, encontrar la mejor alternativa para calefaccionar la casa, disminuyendo el impacto en el bolsillo, se vuelve uno de los principales temas en los hogares.

Sin embargo, a la hora de elegir, la mejor opción no pasa por adquirir la última tecnología que ofrece el mercado en sistemas de calefacción, sino más bien, en tener presente factores tan sencillos como controlar las filtraciones de aire o realizar una correcta ventilación, puesto que de no ser considerados se perderá dinero en lugar de ganar más calor.

En este contexto, Sodexo, líder en integración de Servicios de Calidad de Vida, a través de su Red de Expertos, entrega algunos consejos prácticos para no incurrir en gastos innecesarios y disfrutar del “calor de hogar” de manera eficiente.

1. Revise que las ventanas y los marcos de las puertas no tengan filtraciones de aire, si las tiene, una buena alternativa es sellarlas con silicona, plumavit o colocar una toalla enrollada.

2. Ventile los dormitorios por separado y por no más de 10 minutos.

3. Aproveche los rayos de sol durante el día y en cuanto comience a atardecer cierre todas las cortinas.

4. Mantenga cerradas las puertas de los dormitorios que no utiliza con frecuencia, así al encender la calefacción el calor se distribuirá de manera más eficiente.

5. Aproveche sus alfombras o bajadas de cama como un excelente aislante del frío que proviene desde el suelo.

6. Ventile inmediatamente después de una ducha o luego de cocinar, y evite secar su ropa frente a la estufa. El vapor que se genera absorbe el calor, aumentando el frío y la humedad.

Siguiendo estos simples consejos las personas lograrán obtener una calefacción mucho más duradera y eficiente en sus hogares, disfrutando además de una agradable temperatura sin la necesidad de realizar un gasto adicional.

Conozca las precauciones que exigen los sistemas de calefacción

El experto en Prevención de Riesgos de la Universidad del Pacífico entrega algunos importantes consejos para prevenir accidentes durante la época invernal.

Se demoró, pero el frío ya llegó para quedarse y con él, la necesidad de calefaccionar nuestros hogares. Existen alternativas a leña, gas, parafina o electricidad, pero ¿cuál de ellas es menos dañina para la salud de la familia?

El jefe de carrera de Ingeniería en Prevención de Riesgos de la Universidad del Pacífico, Patrick Sepúlveda, aclara que a excepción de las estufas eléctricas, las losas radiantes, los radiadores y los calefactores que cuentan con sistema de cámaras de combustión cerradas y evacuación externa de los gases generados producto de la combustión, todo el resto de las calefacciones contaminan el aire interior de una casa.

Según el experto, entre los sistemas de calefacción que más contaminan se encuentran las chimeneas a leña y las estufas catalíticas, pero lejos las más dañinas son las que combustionan parafina o gas. “Sucede que para generar calor, todas necesitan consumir oxígeno mientras liberan carboncillo, partículas de gas, sustancias toxicas y, dependiendo de su configuración, aumentan la humedad ambiente o la disminuyen considerablemente”, explica.

Pero, ¿cómo podemos evitarlo? Tal como lo indica Sepúlveda, esto va a depender del tipo de calefactor que decidamos utilizar, por lo que el especialista de la Universidad del Pacífico entrega algunas importantes medidas de seguridad que hay que implementar según el sistema de calefacción.

En el caso de estufas a parafina:

- Nunca utilice una estufa a parafina en una habitación cerrada o con mala ventilación.
- Enciéndala y apáguela fuera del hogar.
- Utilice sólo el combustible que indica el fabricante.
- Nunca recargue la estufa mientras esté encendida o si aún está caliente.
- No la ubique en pasillos o en lugares donde transiten personas.

En el caso de calefactores eléctricos:

- Antes de usar un calefactor eléctrico, verifique que los enchufes se encuentren en buen estado.
- Prefiera los calentadores con termostato, con los cuales podrá regular la temperatura.
- No sobrecargue los enchufes.
- Use alargadores especiales para el tipo de carga que tenga el calefactor.
- Jamás cubra la entrada o salida del ventilador, ya que producirá un sobrecalentamiento del aparato.
- No lo ubique en pasillos o en lugares donde transiten personas.

En el caso de estufas a gas:

- Verifique el estado de las mangueras de la estufa y/o de las conexiones a la tubería o al cilindro de gas.
- Úsela solo en ambientes ventilados, ya que aunque tengan una combustión más limpia, de todas formas generan gases y partículas tóxicas para el organismo.
- No la utilice en espacios reducidos o cerrados, como dormitorios u oficinas.
- Apáguela inmediatamente si siente olor a gas y ventile el lugar.
- No la ubique en pasillos o lugares donde transiten personas.

En el caso de estufas a leña:

- Compre estufas a leña que cuenten con certificación nacional.
- Sólo deben ser instaladas por profesionales certificados, cuidando que queden separadas al menos 90 centímetros de superficies combustibles y con una aislación en el suelo.
- Límpiela y hágale mantención anualmente antes de volver a usarla.
- No utilice líquidos combustibles o exceso de papel para encenderla.
- Chequee que el fuego se haya apagado antes de irse a dormir.
- Nunca cierre el tiro si aún quedan cenizas calientes, ya que se corre el riesgo de que el monóxido de carbono se libere al interior de la casa.

“Con estas pequeñas recomendaciones, las probabilidades de un accidente serán minimizadas, pero se debe recordar que los aparatos calefactores producen calor y, por lo mismo, son peligrosos y deben siempre ser vigilados por adultos o mayores de edad, quienes deben velar por el buen funcionamiento y correcta mantención de estos artefactos”, aconseja finalmente el jefe de carrera de Ingeniería en Prevención de Riesgos de la Universidad del Pacífico, Patrick Sepúlveda.