Un estudio de cinco décadas sobre mujeres estadounidenses mostró que las que estuvieron expuestas a mayores niveles del pesticida DDT en el útero tuvieron cuatro veces más probabilidades de contraer cáncer de mama.

Es el primer estudio de este tipo que vincula directamente el cáncer de mama en humanos con el DDT, que fue prohibido en muchos países décadas atrás pero sigue siendo muy usado en África y Asia.

“Desde hace tiempo se sospechaba que los químicos ambientales podían causar cáncer de mama, pero hasta ahora había pocos estudios sobre humanos que respaldaran esta hipótesis”, dijo Barbara Cohn, del Instituto de Salud Pública de Berkeley, California (oeste de EEUU) y coautora del estudio divulgado el martes en la publicación científica Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism.

Los investigadores examinaron a un grupo de mujeres que estuvieron expuestas a DDT en el útero en los años 1960, cuando el pesticida era popular en Estados Unidos.

Los datos provienen de un programa en California (oeste de EEUU) llamado Estudios de Salud y Desarrollo Infantil (CHDS), que analizó 20.754 embarazos entre 1959 y 1967.

Los investigadores pusieron el foco en 118 madres que tuvieron hijas que fueron diagnosticadas de cáncer de mama hacia los 52 años.

Las muestras de sangre almacenadas de las 118 mujeres les dieron a los científicos una idea del nivel de exposición al DDT que tenían cuando estaban embarazadas o poco después de dar a luz.

“Independientemente de los antecedentes de cáncer de mama en la madre, los niveles elevados de DDT en la sangre de la madre fueron asociados a un aumento cuatro veces mayor en el riesgo de la hija de sufrir cáncer de mama“, señaló el estudio.

Se sabe que los químicos en el DDT son disruptores endocrinos, que pueden imitar o interferir con la función de la hormona estrógeno.

Investigaciones previas han vinculado la exposición al DDT a defectos de nacimiento, reducción de la fertilidad y aumento de riesgo de diabetes tipo 2.