Todos sabemos que a los gatos les encanta ser siempre el centro de atención, de ahí que tener un humano aficionado a los videojuegos no sea precisamente la mejor combinación para los felinos.

Así lo hace saber Nala, una peluda mezcla de gato de los bosques noruegos con Maine Coon de sólo 5 años, quien cada vez que su dueño Alexander Fredriksen intenta ponerse cómodo para una partida de PlayStation, le salta encima exigiendo mimos.

(No de los con cara blanca, sino de las caricias, se entiende).

A Alexander le hizo tanta gracia, que puso una cámara para probarle al mundo que cuando tienes un gato, él es el verdadero rey de la casa.