Al menos 23 personas murieron el lunes y un centenar resultaron heridas por obuses lanzados contra barrios gubernamentales de la ciudad de Alepo, principal ciudad del norte de Siria afirmó la televisión estatal siria.

“Los terroristas han cometido una masacre en Alepo en el barrio de la mezquita Al Rahman. Al menos 23 personas, siete de ellas niños, han muerto y más de un centenar han sido heridas, de las cuales la mitad son niños” anunció la cadena oficial.

Previamente, había ofrecido un balance de 20 muertos y 100 heridos.

“Un edificio se ha derrumbado” con sus habitantes dentro, agregó la televisión, que mostró imágenes del inmueble en ruinas y heridos cubiertos de sangre llegando en camillas al hospital.

Por su parte, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) contabilizó 13 muertos, entre ellos dos niños, y cien heridos, de los cuales 20 niños, por la caída de 250 obuses a lo largo de cuatro horas en el barrio de los Siriacos y en la mezquita Al Rahman, en el centro de la ciudad.

La ONG también confirmó el derrumbe de un edificio.

Desde julio de 2012, la antigua capital económica se encuentra dividida entre los rebeldes y las fuerzas del régimen.

El bombardeo se produjo el mismo día en que llegó el enviado especial de la ONU, Staffan de Mistura, que prevé abordar con el gobierno “la cuestión de la protección de los civiles y “el uso inaceptable de barriles explosivos”.

Estos últimos, un arma particularmente destructiva empleada por el régimen en su guerra contra los rebeldes, ha matado a varios miles de personas. Los rebeldes, por su parte, utilizan obuses artesanales apodados “cañones del infierno” para bombardear la parte gubernamental.