Al fin una cura para dejar de roncar y no despertar nunca más a quien duerme junto a ti. Un nuevo estudio enseñó simples ejercicios de lengua y boca, para reducir la frecuencia de los ronquidos y disminuir su fuerte sonido.

El fenómeno del ronquido suele ocurrir cuando los músculos de la garganta, lengua y paladar se relajan a tal punto que bloquean parcialmente las vías respiratorias y vibran al respirar. En caso de apnea o asfixia, la obstrucción de la vía es mucho más importante e impide al afectado continuar respirando, obligándolo a despertar, según comentó el sitio Men’s Journal.

Para encontrar una solución a este problema y afirmar los músculos comprometidos, unos investigadores brasileños realizaron un estudio utilizando pacientes que normalmente roncaban (sin que esta condición derivara de un problema más grande o enfermedad).

La mitad de los participantes efectuó un ejercicio que consistía en presionar la lengua contra el paladar deslizándola hacia atrás mientras intentaban succionar. El objetivo, es extender la lengua por el paladar, dejando su punta en contacto con los dientes frontales inferiores elevando la parte posterior. Durante todo el ejercicio anterior se debe pronunciar la letra “A”.

Este grupo de roncadores debió realizar el ejercicio 20 veces, tres veces al día y por tres meses. Al resto de los participantes, se les encargaron técnicas de respiración nasal típicas para combatir el problema. Finalmente, este último grupo no vio cambios significativos.

Sin embargo, los primeros comenzaron a roncar en un 36% menos que antes y disminuyeron el sonido de sus ronquidos en un 59%. “En las personas que roncan o tienen apnea del sueño, el ejercicio de succión puede cerrar o estrechar las vías respiratorias. Este fortalecimiento de los músculos en la parte posterior de la garganta ayuda a resistir la aspiración y mantiene las vías respiratorias abiertas”, explicó la doctora Barbara Phillips, presidenta de la American College of Chest Physicians y directora del Laboratorio del Sueño de la Universidad de Kentucky.

“Este estudio se suma a la evidencia de que las personas pueden mejorar su propia salud con los cambios conductuales simples que pueden hacer por su cuenta”, recomienda la doctora e invita a quienes roncan habitualmente a realizarlo.