Los chimpancés salvajes no desdeñan el alcohol, según un estudio que reveló que en una localidad de Guinea donde los pobladores fabrican vino de palma, los simios se las arreglan para consumir el líquido fermentado utilizando hojas.

Este es el primer estudio que señala que los primates consumen voluntariamente y de manera repetitiva una preparación alcohólica.

Los grandes simios africanos y los humanos comparten una mutación genética que les permite metabolizar de manera eficaz el alcohol, destacan los científicos en el reporte publicado por el diario científico Royal Society Open Science.

“Esto respalda la idea de que el último ancestro común de los grandes simios africanos y de los hombres no rechazaba consumir líquidos que contienen alcohol”, revela el estudio liderado por Kimberley Hockings, de la Universidad de Oxford Brookes en el Reino Unido.

La investigación fue realizada en base a datos reunidos entre 1995 y 2012 en la localidad de Bossou, en Guinea, donde los aldeanos recolectan la savia dulce de la rafia, un tipo de palma.

Para obtener el líquido los habitantes de la zona pinchan el árbol y colocan un recipiente de plástico para recoger el néctar.

La savia fermentada, que sirve para hacer vino de palma, es retirada dos veces al día.

Para ingerir el líquido, los chimpancés mascan hojas para perforarlas y las utilizan como esponjas, un método que también usan para consumir otros líquidos.

En un periodo de 17 años, los investigadores observaron en 51 oportunidades como los simios injerían savia fermentada. De los 26 chimpancés que componen el grupo, 13 consumió alcohol.

“Los chimpancés de Bossou tomaron el líquido en grandes cantidades en varias ocasiones, pese que tiene una cantidad de etanol del orden del 3,1% al 6,9%”, que equivale a una cerveza.

Algunos mostraron “signos de embriaguez”.