Ya llegó a nuestro país lo último en tratamientos para solucionar el problema de la calvicie. Se trata de implantes de Cabellos Artificiales Biocompatibles, es decir, fibras sintéticas que replican el pelo natural, permitiendo a quienes padecen de alopecia sacarse varios años de encima.

Tras el diagnóstico médico correspondiente, los pacientes pueden someterse a este procedimiento quirúrgico único en Chile, que además es mínimamente invasivo, ya que se realiza de forma ambulatoria y en una sola sesión, recuperando el look perdido en apenas 3 o 4 horas, según las necesidades de cada persona.

El doctor Néstor Carreño, dermatólogo experto en pelo del Instituto Chileno de Restauración Capilar (ICRC), explicó que este procedimiento médico “tiene que ser hecho tras un correcto diagnóstico de lo que se está realizando, se hace con anestesia local y también utilizando equipos que tienen que estar estériles, ya que es un procedimiento quirúrgico, aunque mínimamente invasivo, y por tanto, no se puede realizar en cualquier centro”

“Es una excelente opción para aquellas personas que no tienen pelo o de dónde sacar pelo para una cirugía de injerto corriente, por ejemplo, mujeres que tienen alopecias significativas, hombres que ya se han hecho implantes capilares previos y no tienen una zona dadora óptima, pacientes que tienen enfermedades que han producido cicatrices en el cuero cabelludo, impidiendo la irrigación suficiente para nutrir al pelo natural”, agregó.

Entre las ventajas de esta técnica se encuentran la apariencia natural, su mínima reacción inflamatoria en comparación con los trasplantes de pelo convencionales, y el que los resultados se pueden apreciar de forma inmediata. Las fibras vienen en distintos colores, largos y formas (liso, ondulado y rizado) para dar mayor naturalidad al cabello, además de poder ser sometidos a coloraciones y otros tratamientos estéticos, como alisados u ondulaciones.

Otra gran ventaja es que el costo de este este tipo de implante capilar es menor a los convencionales con injertos de pelo propio del paciente y, al igual que otras técnicas, podría ser reforzada cada dos o tres años, para reemplazar aquellas fibras que eventualmente se perdieran con el tiempo.