La agencia espacial estadounidense postergó al vierned, debido a condiciones climáticas “desfavorables”, la prueba inicialmente prevista para el miércoles del mayor paracaídas jamás desplegado, cuya tecnología permitirá posar naves espaciales en Marte.

“Los responsables de la misión postergaron el segundo intento de lanzamiento del paracaídas (…) debido a condiciones desfavorables en el océano”, publicó la NASA en su sitio oficial.

“La altura de las olas en el océano constituye siempre un problema para el equipo que debe recuperar la cápsula (a la cual el paracaídas está adosado) y sus datos tras la zambullida” al mar, precisó la NASA.

La NASA comenzó a probar esta tecnología desde 1976 cuando envió su misión Viking con dos robots a Marte. Pero como el objetivo es trasladar astronautas al planeta rojo hacia 2030, la agencia espacial necesita paracaídas de nueva generación, con tecnología más avanzada, que permitan a naves más grandes posarse con suavidad.

Como la atmósfera de Marte no es muy densa, cualquier paracaídas destinado a suavizar la caída de una nave espacial pesada y que va a gran velocidad tiene que ser particularmente sólido.

El paracaídas (llamado “Low-Density Supersonic Decelerator”, o LDSD) es descrito por la agencia como “el mayor jamás desplegado”. Tiene 30 metros de diámetro y su objetivo es “reducir la velocidad de entrada del vehículo de Mach 2 a una velocidad subsónica”.

Para la prueba, la NASA enviará su platillo volador y el paracaídas a una altitud de 37 Km sobre el Océano Pacífico con la ayuda de globo gigante. Éste entonces soltará el platillo, que subirá aún más alto –hasta 55 km de altitud– gracias a sus cohetes de refuerzo. La nave luego alcanzará velocidades supersónicas.