La Corte Suprema de Estados Unidos falló el lunes a favor de una joven musulmana que alega que la marca de ropa Abercrombie, conocida por sus modelos sexys, le negó un trabajo como vendedora porque llevaba un velo.

En una votación 8-1, los jueces de la mayor instancia judicial estadounidense apoyaron a la comisión de igualdad de oportunidades laborales (EEOC, en inglés), una agencia del gobierno federal que demandó a Abercrombie & Fitch de parte de Samantha Elauf. La argumentación fue que la joven había sido discriminada debido a los códigos de vestuario de la firma.

“Un empleador no debe hacer de la práctica religiosa de un solicitante (…) un factor en sus decisiones de empleo”, dictamina el texto de la decisión judicial.

La empresa de vestimenta es conocida por llenar sus tiendas con personal de ventas ataviados de manera bastante atrevida.

Se les pide a los vendedores que se adecúen al “estilo Abercrombie”, definido como “estilo colegial clásico de la costa este”.

La firma tampoco permite a sus empleados usar gorras ni nada de color negro, aunque las bufandas o fulares no están específicamente prohibidas.

Cualquier evasión de este código de vestuario merece una acción disciplinaria e incluso el despido, bajo el argumento de que puede impactar en la imagen de la compañía, la marca y las ventas.

Pero los abogados de Elauf dijeron que ella está protegida por la ley de derechos civiles de 1964, que prohíbe negar empleos en base a la religión a menos que el empleador no pueda contratar a una persona con otras creencias sin afectar directamente su negocio.

Abercrombie argumentó que Elauf no pidió específicamente que se hiciera una excepción en su caso por razones religiosas.

“Aquí, el empleador por lo menos debió haber sospechado que la práctica era religiosa”, dijo el juez Antonin Scalia, que redactó el fallo. “Por lo tanto, su negativa a contratar es motivada por el deseo de no aceptar esta práctica; y esto es suficiente”.

Pero la firma ha negado rotundamente que haya discriminado a Elauf por su religion.

“A&F tiene un largo compromiso con la diversidad y la inclusión y, consistente con la ley, ha otorgado muchas facilidades religiosas a quienes las han pedido, incluso hijabs”, dijo la portavoz Carlene Benz.

El gobierno y muchas organizaciones religiosas han hecho suya la causa de la joven musulmana, que tenía 17 años cuando acudió, en 2008, a aquella entrevista de trabajo.

“Gracias a esta decisión, todos los empleadores estadounidenses reciben un recordatorio inequívoco de que la diversidad y el pluralismo religioso están en el corazón de la marca estadounidense”, dijo en un comunicado el abogado Gurjot Kaur, de la Coalición Sikh.