El revolucionario avión Solar Impulse 2, que el domingo empezó su viaje hacia el Pacífico, tendrá que aterrizar en Nagoya, en Japón, debido al mal tiempo previsto en su camino hacia Hawai.

“Las condiciones meteorológicas se deterioraron. ¡Hemos decidido llevar a cabo un aterrizaje intermedio en Nagoya!”, anunciaron en Twitter los organizadores de la expedición.

El avión con paneles solares, pilotado por el suizo André Borschberg, se vio obligado el lunes a interrumpir su viaje hacia el Pacífico y tuvo que realizar un vuelo de espera encima del mar de Japón.

El aterrizaje fue confirmado por Bertrand Piccard, el segundo piloto del avión que se alterna con Borschberg. “Vamos a esperar una mejora de las condiciones para seguir el viaje”, declaró Piccard.

Las malas condiciones climáticas (un frente nuboso) fueron identificadas a miles de kilómetros de la posición actual del avión.

Este contratiempo no parece haber desmoralizado a Borschberg. “Me encuentro en la mejor situación posible: tengo un avión fantástico y lleno de energía”, tuiteó el piloto de 62 años.

El Solar Impulse 2 despegó el domingo de Nankín (este de China) para cubrir la etapa más peligrosa de su vuelta al mundo, en la que el suizo debía pilotar en solitario durante seis días y seis noches.

El vuelo ya había sido aplazado varias veces debido al mal tiempo y desde el 21 de abril estaba bloqueado en Nankín.

“Demasiado peligroso”

Según Piccard “es muy difícil hacer previsiones”, y no se sabe cuánto tiempo permanecerá inmovilizado el Solar Impulse en Japón. “Sería demasiado peligroso querer atravesar” el frente nuboso, añadió.

El Solar Impulse 2 no ha sobrevolado nunca un océano ni ha permanecido en el aire más de 24 horas, por lo que esta travesía del Pacífico de 8.500 kilómetros representa un reto tecnológico y una hazaña aeronáutica.

El vuelo hasta Hawái durará unas 130 horas, un récord para un piloto solo a los mandos de su aparato.

Borschberg solo puede dormir durante breves periodos de unos 20 minutos como máximo. Su asiento, que no puede abandonar, está equipado con un sistema de WC.

El piloto se enfrentará a altura dignas del Himalaya, en torno a los 28.000 pies (8.400 metros) y a variaciones de temperatura de 55 grados en su cabina monoplaza no presurizada.

“¿Cómo voy a vivir en este entorno minúsculo una subida diaria al Everest, pasando del invierno al verano por los cambios de temperatura, y descansando cada vez solamente 20 minutos?” se interrogó en una entrevista reciente a la AFP.

En caso de problema grave, el suizo deberá saltar en paracaídas al océano, a centenares de kilómetros de cualquier lugar de socorro porque ninguna nave puede seguir a este avión, que vuela a una velocidad máxima de 90 km/h a baja altura y de 140 km/h en las capas superiores.

Mientras efectuaba este lunes el vuelo de espera, Solar Impulse 2 superó la distancia acumulada simbólica de 10.000 km desde su salida de Abu Dabi.

Gracias a sus alas recubiertas con más de 17.000 células fotovoltaicas, el aparato intentará dar una vuelta al mundo destinada a promover el uso de las energías renovables, sobre todo la solar.

Ya ha hecho escala en Omán, India, Birmania y China.

En total, el aparato tiene que recorrer 35.000 km y cruzar dos océanos a una modesta velocidad media de 50 a 100 km/h.

Este periplo debería durar cinco meses, con 25 días de vuelo efectivo, antes de regresar a Abu Dabi.