En su primera declaración a la prensa, el sargento de Carabineros dado de baja por disparar el chorro de agua que provocó la caída del estudiante Rodrigo Avilés, quien aún se encuentra en riesgo vital tras los graves incidentes durante las protestas del 21 de mayo en Valparaíso, aseguró solo vio al estudiante porteño una vez que éste se encontraba en el suelo.

Manuel Noya era quien maniobraba el pitón del carro lanza aguas que, a una distancia de 4,5 metros, golpeó a Avilés. El ahora ex funcionario aseguró a T13 que actuó en primera instancia regido por el protocolo para poder dispersar al grupo que en ese momento saqueaba la sucursal de Nextel en calle Pedro Montt.

“Empezamos a tirar agua de antes, de advertencia. Barrido y abanico, está en el protocolo”, afirmó Noya, que afirmó que la bruma de agua impedía ver con claridad. Incluso estima que si la gente que se encontraba en el sector hubiera advertido del impacto al estudiante, de inmediato habrían rodeado el carro policial interpelándolo.

“No lo vi a Rodrigo, yo lo vi en el suelo. Yo no vi a Rodrigo. Insisto; yo veo a Rodrigo que le pego, yo me bajo y lo atiendo al suelo. De hecho, nosotros dimos cuenta inmediatamente que había una persona que estaba siendo pisoteada por la muchedumbre”, manifestó agregó.

Este último antecedente es relevante para Manuel Noya, ya que cree que se debería indagar si la lesión intracerebral que sufrió Avilés corresponde a la caída por el impacto del chorro de agua o a los pisotones de quienes habrían pasado por encima de él.

“Yo vi cuando lo pisaron, y eso lo declaré y nosotros dimos cuenta vía radial que a Rodrigo.. pasaron entre 10 y 12 personas por encima”, agregó.

Del mismo modo, Noya aprovechó de pedir disculpas a la familia del estudiante y aclaró que en ningún momento existió una intención de provocarle heridas graves: “Que se recupere Rodrigo. Decirle al papá [...] pedirle disculpas, todas las disculpas del mundo por lo que está sucediendo. Aquí no hay intencionalidad, yo no salgo a la calle a matar a alguien. No me levanto a las 4, 5, 6 de la mañana a matar a alguien”.