Athena Krueger no deseaba nada en la vida, más que poder ver y celebrar el primer cumpleaños de su hija Amari… y lo logró. La mujer de 33 años, oriunda de Oak Grove, Minnesota (EE.UU.) sabía que le quedaba poco tiempo junto a su familia, por lo que hizo lo imposible para poder pasar sus últimos días junto a ellos.
En 2013, la mujer descubrió que estaba embarazada. La felicidad para ella y su marido Ben era completa, sin embargo, al poco tiempo descubrió una protuberancia en su pecho, que en un primer momento pensó que se debía a los conductos de la leche materna, pero estaba equivocada.
Después de ver un especialista, fue diagnosticada con un carcinoma ductal invasivo en etapa 2, un tipo grave de cáncer de mama. Con 15 semanas de embarazo, comenzó la quimioterapia en la esperanza de poder vencer a la enfermedad.
Contra todo pronóstico, Athena siguió adelante y dio a luz a una pequeña niña de 32 semanas a través de una cesárea. Esto permitió que la mujer pudiera volver a someterse a su tratamiento y librarse temporalmente del cáncer en julio del 2014.
Pocos meses después, la enfermedad no sólo había regresado, sino que se había extendido a sus pulmones, ganglios linfáticos y cerebro.
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Consciente de la situación y sabiendo que era probable, que éste fuera el único cumpleaños que podría pasar junto a su única hija, la mujer comenzó a planear una celebración en grande, inspirada en Alicia en el País de las Maravillas.
“Sabíamos que las cosas no estaban bien, y su punto era que ‘Si éste es el único cumpleaños de ella que voy a ver, quiero que sea en grande’”, contó Ben al programa norteamericano Today.
Para poder asistir a la fiesta tuvo que convencer a los médicos, quienes no estaban muy de acuerdo con que Athena dejara el hospital. “Les dijimos -a los doctores- ‘Esto es algo importante y lo haremos en casa’. Ellos no estaban de acuerdo, pero les dije que sería de esa forma, y que lo haría con o sin su ayuda. Les dije que yo mismo firmaría los documentos y me llevaría a Athena sin su permiso”, agregó el marido.
Ante esta situación, los especialistas no tuvieron más opción que dejar partir a la mujer bajo estrictos cuidados médicos.
De esta forma, el 2 de mayo pasado y junto a 300 compañeros de trabajo y amigos, la mujer y su esposo, celebraron el primer año de vida de Amari. La fiesta fue todo lo que siempre soñó, colores, risas y disfraces. “Es increíble lo que las personas hacen en momentos duros”, agregó Ben.
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Sin embargo, al día siguiente del cumpleaños de la niña, la mujer murió en su casa y en los brazos de su esposo. “Espero que las fotos de esta fiesta y todo, me ayuden a enseñarle a Amari cuando sea mayor, todo sobre su madre”, explicó y agregó “No quiero que nunca olvide de dónde vino o quien es”.
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