El pasado 20 de mayo, mientras la Armada alistaba los últimos detalles del desfile a las glorias navales del día siguiente en Plaza Sotomayor; en la Gobernación Marítima de Valparaíso se daba por cerrada la Investigación Sumaria Administrativa (ISA), que busca determinar responsabilidades y sanciones por el vertimiento de 38 mil litros de petróleo, ocurrido en la Bahía de Quintero el 24 de septiembre de 2014.

Los resultados de esta investigación, que fue reabierta en enero de 2015, son ampliamente esperados por la Empresa Nacional del Petróleo, ENAP, y las empresas navieras Empire Navigation, y Ultratag; propietarias respectivamente del buque Mimosa y del remolcador Puyehue, las naves que en una fallida operación generaron el desastre ambiental en la bahía de Quintero.

Estas entidades fueron informadas el 22 de mayo, que las conclusiones del informe que elabora la Fiscalía Naval, serán entregadas a las partes involucradas durante la primera quincena de junio, proceso a partir del cual el documento también será analizado por el Gobernador Marítimo de Valparaíso.

En el primer informe emitido por la Fiscalía Naval en diciembre de 2014, ENAP recibió una sanción de 450 millones de pesos por no respetar protocolos en maniobras de descarga y no contar con medidas de seguridad adecuadas para evitar riesgos de contaminación frente a situaciones como la ocurrida.

Por esta razón, el gerente de Asuntos Corporativos de la petrolera estatal, Gabriel Méndez, junto con reconocer que fueron notificados del cierre de la investigación, dijo esperar que las conclusiones sean bien fundamentadas y que no existan los vacíos de la primera investigación.

Méndez, aseguró que ENAP ha sido la única empresa involucrada en el derrame de petróleo que ha mantenido un fuerte compromiso con la comunidad afectada por los efectos medioambientales de la catástrofe y por esta razón, emplazó a las otras involucradas, en este caso Ultratag de Von Appen y a la naviera griega Empire Navigation a que también asuman una actitud de responsabilidad por los efectos que tuvo la fallida operación que derramó 38 mil litros de crudo a las aguas de la Bahía de Quintero.