Debido a la descomposición que presentaban las muestras, los primeros análisis de la necropsia no permitieron establecer con certeza la causa de muerte de centenares de aves que la semana pasada quedaron esparcidas en la playa de Lenga.

Fue la tarde del domingo de la semana pasada cuando los visitantes de la tradicional zona costera quedaron impactados, pues la playa se convirtió en un verdadero cementerio de aves, fardelas la mayoría de ellas.

Ese mismo día, desde el municipio de Hualpén, intentaron contactar sin éxito a personal del SAG y del Sernapesca, a objeto de que tomaran algunas muestras para estudio. Sólo el lunes, el personal llegó a buscar ejemplares y no fue fácil, la mayoría de los restos ya habían sido atacados por otros depredadores.

El interés del SAG en este tipo de casos de muerte masiva de aves es descartar la presencia de enfermedades exóticas.

Tras la necropsia, no fue posible establecer fehacientemente la causa de muerte, comentó César Escobar, director regional pecuario del servicio, quien reconoció que estaban en avanzada descomposición.

No obstante, el SAG buscará con otro tipo de exámenes de laboratorio descartar que fallecieran de gripe aviar o la enfermedad de Newcastle.

Desde un comienzo, la muerte por inmersión fue la posibilidad más cierta que manejaba el servicio para explicar el deceso de las aves, que cuando se alimentan bajo el agua quedan atrapadas en redes de pesca.

Esto ya se ha presentado en anteriores eventos de muertes masivas ocurridas en la región y el SAG cree que en este caso respondía al mismo patrón, aunque la necropsia no pudo confirmarlo.