Autor: Pablo Portales, periodista chileno en Barcelona, España

Avanzar hacia una sociedad más democrática con más pluralismo decidieron los españoles en las elecciones municipales y autonómicas. Terminan con las mayorías absolutas del Partido Popular (PP), infringen un duro revés al bipartidismo del PP-PSOE. Barcelona y Madrid íconos del cambio. La incertidumbre continúa ante la respuesta de los partidos sobre los acuerdos en favor del cambio que reclaman los ciudadanos

Bipartidismo tocado

Las mayorías absolutas del PP desparecen en 10 comunidades autónomas, conservándolas en las dos ciudades autónomas, Ceuta y Melilla (enclaves españoles en territorio marroquí) y en Galicia, donde no hubo elecciones. Además el PP no ha conseguido revalidar su mayoría absoluta en ciudades como Madrid, Valencia y Zaragoza, entre otras.

El bipartidismo PP-PSOE, sistema con que España ha sido gobernada por 25 años ha quedado tocado, luego que ambos partidos perdieran más de 3 millones de votos, el 13%, en relación a las elecciones de 2011. El punto más alto del bipartidismo se alcanzó el 2000, cuando lograron el 78,64% de votos y ayer, han llegado a su punto más bajo con el 52,03%.

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“Es el comienzo del fin del bipartidismo” (PP-PSOE) aventuró decir anoche el líder de Podemos, Pablo Iglesias. El PP, en cuatro años, perdió 2,4 millones de votos, el 10,23%, y el PSOE 689 mil votos, el 2,76%. El debilitamiento de ambos, aunque de diferente magnitud, puede interpretarse como un castigo a la opacidad de sus formas de hacer política, y muy especialmente a la corrupción.

Partidos emergentes

Lo demuestra la fuerza alcanzada por los dos partidos emergentes, Ciudadanos (liberal) y Podemos (progresista), que atizaron la bandera de la “regeneración democrática” y terminaron por ser reconocidos como alternativas al PP y al PSOE.

Equipo de Podemos | Pedro Armestre | AFP

Equipo de Podemos | Pedro Armestre | AFP

Una demostración contundente es Ciudadanos; de los 35.060 votos obtenidos en las municipales de 2011, ahora logra 1.461.258, crece del 1,22% al 6,55% y se empina como la tercera fuerza política municipal, arrojando a su competidora más cercana Unión y Progreso de Rosa Díez de la quinta a la undécima posición.

Por su parte, Podemos se presentó a las elecciones de las 13 comunidades autónomas logrando situarse como el tercer partido español, con el 13,5%, por encima de Ciudadanos, y desplazando a Izquierda Unida a una posición residual, por debajo del 5%, en autonomías como Madrid, Valencia, Aragón y Extremadura.

Podemos, a pesar que no se presentó a las elecciones municipales, fue decisivo en la estrecha victoria de la lista de Barcelona EnComú con Ada Colau y en la votación de la lista de Ahora Madrid con Manuela Carmina, dejándola en la puerta del Ayuntamiento de Madrid, gobernado por el PP durante 24 años.

Ada y Manuela

La nueva fuerza progresista quedará fijada en dos mujeres, Ada Colau, que será la alcaldesa de Barcelona y Manuela Carmina que llegando en segunda posición, con un concejal menos que la lista del PP, podría ser la alcaldesa de Madrid si arriba a acuerdo con el PSOE.

Madrid y Barcelona quedarían como íconos de lo que la prensa madrileña y catalana han coincidido en sostener que “España gira hacia la izquierda”. Hace cuatro años, éstas fueron epicentro de impresionantes movilizaciones sociales que impugnaron a los responsables de lo que llamaban, en alusión a la crisis, “una gran estafa”: las corporaciones financieras y los partidos gobernantes: PSOE y PP en España y CiU en Cataluña, que aprobaron las políticas de austeridad (recortes, reformas estructurales) impuestas por la troika (CE, BCE y FMI).

Ahora, Madrid y Barcelona serían gobernadas por dos, mujeres, símbolos de los signos de estos tiempos: la lucha por los derechos, la igualdad y la regeneración democrática.

Colau, fue hasta menos de un año líder de la Plataforma en Defensa de los Deudores Hipotecarios que lucha contra los desalojos de viviendas, por renegociar las deudas con los banco y por una nueva ley hipotecaria, Carmina, jurista, fue vocal del Poder Judicial, ex representante de España en el Grupo de Trabajo de la ONU contra las Detenciones Arbitrarias y, jubilada, fundadora de una empresa solidaria que comercializa las creaciones de los presos en cárceles cuyos beneficios son distribuidos entre los propios presidiarios.

El soberanismo en Cataluña

En Cataluña, las elecciones han tenido una lectura en clave soberanista. Algunos, como Esquerra Republicana plantearon que éstas eran una primera vuelta electoral y la definitiva sería el 27 de septiembre (27-S), según el compromiso del Presidente Artur Mas a convocarlas.

Los partidos independentistas (CiU, ERC y CUP) han obtenido 45,27%, 7 puntos más que en 2011, pero la novedad está en que ERC (izquierda socialdemócrata), que subió 7,42 puntos y las CUP (izquierda alternativa), que subieron 4,98 puntos ganan posiciones a costa de CiU (liberales y democristianos), que perdió 5,6% respecto de cuatro años.

En cifras, los partidos independentistas lograron 1.404.000 votos, 400.000 menos que en las votaciones realizadas el 9 de noviembre pasado. Todo ello podría significar la revisión de la hoja de ruta que contempla elecciones autonómicas el 27-S, petición que ya hacen los democristianos renuentes a aceptar la independencia.

Los partidos contrarios a la secesión: populares (PPC), socialistas catalanes (PSC) y ciudadanos (Cs) lograron un 31,97%.

En medio, las listas de Unidad, como las de Ada Colau, obtuvieron un 11%. Éstas consideran que Cataluña como nación tiene derecho de decidir y votar que tipo de relación desea con el Estado español, pero en su interior conviven independentistas y no independentistas.

El proceso soberanista está en pié, pero el cambio del peso en el interior del bloque a favor de la izquierda puede tentar a más de alguno de revisar la hoja de ruta aprobada. De hecho, los democristianos tienen pautada para junio una definición sobre el acuerdo entre CiU y ERC sobre el 27-S.

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