Autoridades de Ecuador estimaron el miércoles que el sitio escogido por el Papa Francisco para dar una misa campal fuera de Guayaquil, durante su visita al país del 5 al 8 de julio, carece de seguridad y plantearon cambiar de lugar.

El sumo pontífice prevé celebrar el 6 de julio un oficio religioso en el Santuario del Señor de la Divina Misericordia, a 24 km al oeste del puerto guayaquileño, ante 1,5 millones de personas, según estimaciones oficiales.

El área de unas 40 hectáreas fue seleccionada por el significado que tiene con el jubileo del año de la Misericordia convocado por el papa, dijo el cura César Piechestein, portavoz de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana en Guayaquil para la visita papal.

“Ya está establecido el itinerario, que sea en los terrenos aledaños al santuario de la Divina Misericordia”, agregó el sacerdote en declaraciones divulgadas por el canal Teleamazonas.

Pero el Consejo de Seguridad de la provincia del Guayas recomendó celebrar la misa en el parque Samanes, en plena ciudad y con un área de 851 hectáreas, incluido un bosque protector.

“Sugerimos el parque Samanes porque el volumen de asistentes, las vías de acceso y de evacuación, las características del terreno, los servicios básicos -que están a la mano- y el desplazamiento interno en las áreas no provoca problemas de seguridad o de control”, dijo a la prensa Rolando Panchana, gobernador de Guayas.

Panchana, quien lideró una cita del organismo de Seguridad, añadió que la recomendación al gobierno ecuatoriano y a la Iglesia católica se debe a que el “terreno adyacente al santuario no reúne las condiciones mínimas de seguridad”.

“Si no voy al santuario no voy a Guayaquil”

El prefecto del Guayas, Jimmy Jairala, quien es parte del Consejo de Seguridad local, manifestó que en la zona de la Divina Misericordia “hay muchas lomas, hay depresiones”.

“Son 40 hectáreas aparentemente insuficientes, no hay hospitales cerca -el más cercano está a 22 km-, no hay vías de desfogue, entonces no se dan las garantías debidas”, enfatizó.

Entretanto, el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Fausto Trávez, manifestó: “Si es que ellos quieren cambiar (la sede de la misa), el Papa dijo clarísimo: si no voy al santuario de la Divina Misericordia no voy a Guayaquil”.

El puerto guayaquileño fue incluido en la visita del sumo pontífice por pedido del gobierno.

En declaraciones al diario estatal El Telégrafo, el prelado añadió que la posición del Papa “aceptó el gobierno, aceptaron las autoridades, aceptaron todos, pero a última hora cambian. Como quien dice, no queremos hacer lo que el Papa quiere, y es otra cosa”.

Sostuvo que el episcopado ecuatoriano no ha sido consultado sobre la posibilidad de cambiar de lugar para la misa en Guayaquil, la ciudad más populosa de Ecuador con unos 2,5 millones de habitantes y núcleo comercial.

“El Papa va a un solo sitio a cada país, y él iba a ir solo a Quito pero esta vez, porque existe un santuario de la Divina Misericordia, aceptó ir a Guayaquil”, señaló monseñor Trávez.

El martes, Correa sobrevoló la zona del santuario tras lo cual expresó a la prensa su preocupación por la “seguridad” del papa Francisco y los cientos de miles de feligreses que le acompañarán.

“Hay desniveles (en el terreno) de hasta 14 metros, las dificultades de acceso, árboles (…) Los informes técnicos tienen muchísimas observaciones al respecto”, apuntó.

Francisco también ofrecerá una misa en el parque Bicentenario de Quito, que ocupa un área que la que operó el aeropuerto internacional de la capital en el norte de la ciudad. La Iglesia católica espera allí a otro millón y medio de personas.