Un mes después de un dramático naufragio con cientos de emigrantes clandestinos en el mar Mediterráneo, la UE arranca el lunes una operación naval para “destruir” la actividad de los traficantes que aprovechan la vulnerabilidad de quienes están dispuestos a arriesgar su vida para Europa.

Esta misión sin precedentes implicará el despliegue de buques de guerra y de aviones de vigilancia de los ejércitos europeos cerca de las costas libias, convertidas en lanzadera hacia Europa.

La operación requiere el acuerdo de Naciones Unidas, por lo que no será lanzada realmente hasta junio, pero este lunes los ministros de Relaciones Exteriores de la UE decidirán formalmente su puesta en marcha tras una reunión con sus homólogos de Defensa.

La Unión Europea, acusada de pasividad e indiferencia frente al drama de la inmigración en el Mediterráneo, vio crecer la presión tras la muerte, en la noche del 18 al 19 de abril, de 800 personas que trataban de llegar a Europa en una embarcación que naufragó cerca de las costas libias.

Los flujos migratorios crecieron notablemente este año respecto a 2014: en un solo día, el 14 de mayo, unos 2.000 emigrantes fueron rescatados en una decena de operaciones coordinadas por los guardacostas italianos.

Reunidos de urgencia el 23 de abril, los dirigentes de la UE propusieron una operación para “capturar y destruir las embarcaciones” de los traficantes procedentes de Libia antes de que fueran utilizadas.

Asimismo, decidieron reforzar los medios de Tritón y Poseidón, dos misiones de vigilancia y salvamento en el Mediterráneo confiadas a Frontex, la agencia de fronteras exteriores de la UE.

La misión naval ha sido unánimemente denunciada por las oenegés y otros, ya que según sus detractores, solo conseguirá desviar las rutas de tránsito empleadas por los traficantes.  

Incluso el fiscal siciliano, Giovanni Salvi, que lucha desde primera línea contra los traficantes, se ha mostrado escéptico al respecto: destruir los barcos de los pescadores libios podría poner a la población en contra de los europeos, alertó.

Cuartel general en Roma

La operación, denominada EU Navfor Med, tendrá su cuartel general en Roma y su comandante será el almirante italiano Enrico Credendino, explicó a la AFP un diplomático europeo.

Varios grandes países de la UE – Francia, Gran Bretaña, Alemania, Italia, España – ya han prometido que suministrarán buques de guerra. Otros países, como Polonia o Eslovenia, podrían apoyar con aviones de vigilancia o helicópteros, según fuentes diplomáticas.

La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, ha excluido toda intervención militar terrestre contra los traficantes en Libia. 

La misión consistirá en atacar las embarcaciones empleadas por los traficantes, con frecuencia armadas, para remolcar las barcas cargadas con cientos de emigrantes a bordo hasta alta mar, que en muchos casos abandonan a la deriva.

Preocupados por “respetar el derecho internacional”, los europeos han solicitado el apoyo de una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU. Y el jefe de la diplomacia alemana, Frank-Walter Steinmeier, se mostró optimista sobre la posibilidad de obtener luz verde.

Rusia, en un principio reticente, parece dispuesta a apoyar un texto, que no mencione específicamente la destrucción de embarcaciones. El documento será votado a finales de semana, según una fuente europea.

El lunes, los ministros pedirán al servicio diplomático comunitario y al comité militar que preparen sin demora la operación.  

De hecho, el aumento de la vigilancia de las costas y de las redes de traficantes, así como la inspección de embarcaciones sin bandera en aguas internacionales pueden comenzar sin base jurídica internacional. 

Pero aún quedan varios asuntos complejos por resolver, principalmente, qué país se hará cargo de los emigrantes que los militares envueltos en la operación rescatarán.