La coalición árabe liderada por Arabia Saudí reanudó los bombardeos aéreos contra los rebeldes chiitas y sus aliados en Yemen, tras expirar el domingo la tregua humanitaria, lo que podría complicar la distribución de ayuda a la población.

Al frente de la coalición, los saudíes constataron, según una fuente diplomática occidental, que los rebeldes yemeníes habían aprovechado el alto el fuego para posicionar piezas de artillería y lanzacohetes cerca de la frontera con Arabia Saudí.

“Ellos (los saudíes) piensan que se trata de una violación directa del alto el fuego”, declaró esta fuente a AFP.

Sin hacer ninguna declaración sobre el fin de la tregua, las fuerzas saudíes retomaron la campaña de bombardeos aéreos, suspendida desde el martes por la noche.

Las tropas desplegadas en la frontera bombardearon el lunes las posiciones de los hutíes tras haber registrado disparos provenientes del norte de Yemen, informó Al Arabiya, una cadena de televisión de capital saudí basada en Dubái.

Por otro lado, los aviones de la coalición llevaron a cabo varios ataques el domingo por la noche en Adén (sur del país), según fuentes militares y testigos. Al menos cinco vehículos de los hutíes fueron destruidos, agregaron estas fuentes, que no ofrecieron ningún balance de muertos entre los hutíes.

Un bombardeo apuntó contra los alrededores del palacio presidencial y otro, contra una base de las fuerzas especiales, ambos controlados por los rebeldes y sus aliados, militares fieles al ex presidente Ali Abdalá Saleh.

Se trata de los primeros bombardeos desde que el domingo terminara la tregua de cinco días que permitió el abastecimiento de ayuda humanitaria en Yemen.

El alto el fuego había sido decretado por Riad, que dirige una coalición de nueve países árabes en campaña aérea desde el 26 de marzo para apoyar a los partidarios del presidente Abd Rabo Mansur Hadi, exiliado en Arabia Saudí.

La tregua se vio quebrantada por combates terrestres entre los rebeldes y las fuerzas pro-Hadi, así como por escaramuzas en la frontera saudí, donde el reino denunció ataques procedentes del norte de Yemen, en manos de los hutíes.

Largas filas para conseguir carburante

El lunes, los partidarios de Hadi y los rebeldes seguían enfrentándose en combates esporádicos en Adén y en Taez (suroeste), según los habitantes; y en Dahaleh, en el sur, donde doce rebeldes perdieron la vida, según fuentes militares.

En Saná, la población seguía acusando la falta de agua, electricidad y combustible y cientos de vehículos hacían cola ante las escasas bencineras abiertas, constató un corresponsal de AFP.

Aunque la tregua permitió la llegada al país de cantidades importantes de carburante, medicamentos y víveres, su distribución se vio obstaculizada por los combates.

Un colectivo de organizaciones hostiles a los hutíes acusó a los milicianos chiitas de acaparar la ayuda que llega a Taez.

“La tregua sólo ha beneficiado a los hutíes, que aprovecharon para organizar mejor sus filas y reconstituir sus almacenes de carburante en las regiones que controlan”, dijo el colectivo, llamado “Fuerzas revolucionarias de Taez”.

El coordinador de las actividades humanitarias de la ONU en Yemen, Johannes van der Klaauw, instó el sábado a la coalición a “simplificar” el control de los cargamentos destinados al país, considerando que éste estaba frenando la distribución de la ayuda.

El domingo, el emisario de la ONU Ismail Uld Sheij Ahmed declaró que el alto el fuego no había permitido la llegada de suficiente ayuda humanitaria y pidió a todas las partes que prolongaran la tregua al menos cinco días.

La ONU tildó de “catastrófica” la situación humanitaria en Yemen, donde más de 1.600 personas, incluidos muchos civiles, han muerto desde que comenzaran los bombardeos de la coalición en marzo.