A diez años de la mayor tragedia del Ejército en tiempos de paz, los sobrevivientes de la tragedia de Antuco y los familiares de las víctimas aún no han cerrado la herida.

La falta de una pensión vitalicia, las deudas en materia de salud, las marcas físicas y el que los responsables de la marcha aún formen parte de la institución, los hace pensar que la lección no se aprendió y que los 45 soldados caídos murieron en vano.

Escucha a continuación la crónica de Constanza Reyes.