Filarmónica de Santiago es ovacionada por su protagonismo en el concierto dedicado al concierto dedicado a Gustav Mahler

Maestro Maximiano Valdés
Maestro Maximiano Valdés
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El cuarto Concierto de la Temporada 2015 del Teatro Municipal de Santiago, de los días miércoles 13 y viernes 15, dedicado al compositor austríaco Gustav Mahler, fue una prueba muy delicada para la Orquesta Filarmónica de Santiago, la cual terminó con un público muy comprometido y motivado con la presentación, que fue repetidamente ovacionada.

Esta vez, la Filarmónica contó con la presencia en el podio, del director chileno Maximiano Valdés, quien dirige actualmente las Orquestas del Principado de Asturias y Sinfónica de Puerto Rico. y la participación del barítono nacional Javier Array, en dos obras importantes de Mahler: “Canciones de un compañero de viaje” y la Sinfonía n.º 5, en do sostenido menor.

Gustav Mahler, (Kaliste, actual Austria, 1860 – Viena, 1911) fue un compositor y director de orquesta austriaco. En una ocasión, este artista manifestó que su música no sería apreciada hasta cincuenta años después de su muerte. No le faltaba razón: valorado en su tiempo más como director de orquesta que como compositor, hoy es considerado uno de los más grandes y originales sinfonistas que ha dado la historia del género; más aún, uno de los músicos que anuncian y presagian en su obra de manera más lúcida y consecuente todas las contradicciones que definirán el desarrollo del arte musical a lo largo del siglo XX. Y hay que reconocer que la Filarmónica de Santiago logró que el Teatro Municipal se iluminara con la presencia de Mahler.

Primero fue con las cuatro “Canciones de un compañero de viaje” (“Lieder eines fahrenden Gesellen”), para voz grave y orquesta o piano, esta vez para orquesta y solista varón, el destacado barítono chileno Javier Arrey, quien fue figura principal de este verdadero poema sinfónico vocal.

Estas canciones, compuestas en el inicio de la carrera de Mahler, son el fruto de una obsesión particular de Mahler por la poesía tradicional, alemana y austríaca. En esta caso, al parecer, el compositor se centró más bien en un viajero solitario en busca de aprendizaje, un maestro que se ve determinado finalmente, por la destrucción de sus sueños de amor.

La interpretación de esta pieza, de gran dulzura vocal, pese a estar destinada a una voz grave, tuvo en Javier Arrey, un intérprete muy aplicado en la significación de la obra, en que están siempre entrelazadas música instrumental y voz.

A continuación en la muy aplaudida Sinfonía N° 5, en do sostenido menor, Maximiano Valdés puso su batuta al servicio de la idea de Mahler, permitiendo que la música fuera fluyendo de acuerdo a la disposición de sus cinco movimientos, con un comienzo de brillo inusitado de bronces y percusionistas y el imponente brillo de la trompeta en la “Marcha Fúnebre” y una Filarmónica en “tutti”, con el episodio denominado “movido y tormentoso”. Ya el tercer movimiento, Scherzo, en que el ritmo se acerca a lo bailable, el tono principal lo da el corno, con figuración de solista. El cuarto y quinto movimientos, el Adagietto y el Rondó- Finale, reflejan el estado de romántico amor de Mahler por su nueva esposa (Alma Schindler) y es todo tranquilidad y paz espiritual. El caminar algo lento a ratos de la orquesta, marca un punto de brillo para las cuerdas y un término esplendoroso.

El resultado final significó un balance de gran brillo para toda la familia instrumental y una actitud serena, tranquila del director Valdés, quien logró que los músicos dieran lo mejor de sí y se llevaran el pleno reconocimiento de los asistentes.

Dios mío ¿Qué va a pensar el público de este caos en el que nuevos mundos están constantemente siendo creados sólo para derrumbarse en la ruina al siguiente momento? ¿Cómo responderán a esta música primigenia, a este mar de sonido espumante, rugiente y furioso, a estas estrellas danzantes, a estas olas imponentes, irisadas y destellantes” – Gustav Mahler, sobre la Sinfonía n.°5, 1904.
Programa

Gustav Mahler
Canciones de un compañero de viaje
Cuando mi amada tenga su día de bodas
Fui esta mañana al campo
Yo tengo un brillante cuchillo
Los dos ojos azules de mi amada
Intermedio

Sinfonía n.° 5 en Do sostenido menor
Trauermarsch (Marcha fúnebre)

Sturmisch bewegt (Movido y tormentoso)

Scherzo

Adagietto 

Rondo-Finale
Orquesta Filarmónica de Santiago
Director musical: Maximiano Valdés
Cantante solista: el barítono chileno Javier Arrey.

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El cuarto Concierto de la Temporada 2015 del Teatro Municipal de Santiago, de los días miércoles 13 y viernes 15, dedicado al compositor austríaco Gustav Mahler, fue una prueba muy delicada para la Orquesta Filarmónica de Santiago, la cual terminó con un público muy comprometido y motivado con la presentación, que fue repetidamente ovacionada.

Esta vez, la Filarmónica contó con la presencia en el podio, del director chileno Maximiano Valdés, quien dirige actualmente las Orquestas del Principado de Asturias y Sinfónica de Puerto Rico. y la participación del barítono nacional Javier Array, en dos obras importantes de Mahler: “Canciones de un compañero de viaje” y la Sinfonía n.º 5, en do sostenido menor.

Gustav Mahler, (Kaliste, actual Austria, 1860 – Viena, 1911) fue un compositor y director de orquesta austriaco. En una ocasión, este artista manifestó que su música no sería apreciada hasta cincuenta años después de su muerte. No le faltaba razón: valorado en su tiempo más como director de orquesta que como compositor, hoy es considerado uno de los más grandes y originales sinfonistas que ha dado la historia del género; más aún, uno de los músicos que anuncian y presagian en su obra de manera más lúcida y consecuente todas las contradicciones que definirán el desarrollo del arte musical a lo largo del siglo XX. Y hay que reconocer que la Filarmónica de Santiago logró que el Teatro Municipal se iluminara con la presencia de Mahler.

Primero fue con las cuatro “Canciones de un compañero de viaje” (“Lieder eines fahrenden Gesellen”), para voz grave y orquesta o piano, esta vez para orquesta y solista varón, el destacado barítono chileno Javier Arrey, quien fue figura principal de este verdadero poema sinfónico vocal.

Estas canciones, compuestas en el inicio de la carrera de Mahler, son el fruto de una obsesión particular de Mahler por la poesía tradicional, alemana y austríaca. En esta caso, al parecer, el compositor se centró más bien en un viajero solitario en busca de aprendizaje, un maestro que se ve determinado finalmente, por la destrucción de sus sueños de amor.

La interpretación de esta pieza, de gran dulzura vocal, pese a estar destinada a una voz grave, tuvo en Javier Arrey, un intérprete muy aplicado en la significación de la obra, en que están siempre entrelazadas música instrumental y voz.

A continuación en la muy aplaudida Sinfonía N° 5, en do sostenido menor, Maximiano Valdés puso su batuta al servicio de la idea de Mahler, permitiendo que la música fuera fluyendo de acuerdo a la disposición de sus cinco movimientos, con un comienzo de brillo inusitado de bronces y percusionistas y el imponente brillo de la trompeta en la “Marcha Fúnebre” y una Filarmónica en “tutti”, con el episodio denominado “movido y tormentoso”. Ya el tercer movimiento, Scherzo, en que el ritmo se acerca a lo bailable, el tono principal lo da el corno, con figuración de solista. El cuarto y quinto movimientos, el Adagietto y el Rondó- Finale, reflejan el estado de romántico amor de Mahler por su nueva esposa (Alma Schindler) y es todo tranquilidad y paz espiritual. El caminar algo lento a ratos de la orquesta, marca un punto de brillo para las cuerdas y un término esplendoroso.

El resultado final significó un balance de gran brillo para toda la familia instrumental y una actitud serena, tranquila del director Valdés, quien logró que los músicos dieran lo mejor de sí y se llevaran el pleno reconocimiento de los asistentes.

Dios mío ¿Qué va a pensar el público de este caos en el que nuevos mundos están constantemente siendo creados sólo para derrumbarse en la ruina al siguiente momento? ¿Cómo responderán a esta música primigenia, a este mar de sonido espumante, rugiente y furioso, a estas estrellas danzantes, a estas olas imponentes, irisadas y destellantes” – Gustav Mahler, sobre la Sinfonía n.°5, 1904.
Programa

Gustav Mahler
Canciones de un compañero de viaje
Cuando mi amada tenga su día de bodas
Fui esta mañana al campo
Yo tengo un brillante cuchillo
Los dos ojos azules de mi amada
Intermedio

Sinfonía n.° 5 en Do sostenido menor
Trauermarsch (Marcha fúnebre)

Sturmisch bewegt (Movido y tormentoso)

Scherzo

Adagietto 

Rondo-Finale
Orquesta Filarmónica de Santiago
Director musical: Maximiano Valdés
Cantante solista: el barítono chileno Javier Arrey.