Un tribunal egipcio condenó este sábado a muerte al ex presidente islamista Mohamed Mursi, derrocado por el ejército en 2013, por actos violentos y fugarse de prisión durante la rebelión de 2011 contra el régimen de Hosni Mubarak.

El tribunal impuso también la pena capital a un centenar de acusados, entre ellos varios dirigentes de los Hermanos Musulmanes. Una sentencia que debe contar con la opinión, no vinculante, del muftí egipcio, antes de ser confirmada o refutada el 2 de junio.

Mursi ya había sido condenado a 20 años de cárcel en abril en un primer proceso, por incitar a reprimir a manifestantes opositores el tiempo que estuvo en el poder, entre 2012 y 2013.

El tribunal que lo juzgó en El Cairo debía pronunciar su veredicto en dos casos.

En el primero, tanto a Mursi como a otros 128 acusados -incluyendo miembros de los Hermanos Musulmanes, el Hamas palestino y el Hezbolá libanés- se les juzgaba por evasiones masivas de la cárcel y actos violentos ocurridos durante la revuelta popular de 2011 que expulsó al entonces presidente Hosni Mubarak del poder.

En el segundo, Mursi estaba acusado de espionaje, entre 2005 y 2013, principalmente en beneficio de Hamas, de Hezbolá y de Irán. En este proceso, el ex presidente, que comparecía sonriente desde un cubículo insonorizado, escapó a la pena capital, con la que fueron castigados otros 16 acusados.

El predicador islamista catarí Yusuf al Qaradaui, uno de los condenados a muerte en el proceso por la evasión, fue condenado en ausencia.