En enero de este año la Presidenta Bachelet firmó las indicaciones del proyecto de ley de descentralización que fue enviado al Congreso, que tiene como eje central la elección popular del Intendente para dar mas atribuciones a los Gobiernos Regionales.

Una de estas propuestas es que, en paralelo al Intendente electo popularmente y para mantener el Estado unitario, se incluyó la figura del Gobernador Regional, que será de exclusiva confianza del Presidente, y quien seguirá la directriz ideológica del gobierno de turno, ejerciendo control y conservando el poder presidencial en cada región. Es decir, exactamente lo mismo que hace hoy el intendente designado.

El Consejero Regional Edmundo Salas criticó duramente esta nueva figura, ya que lo único que va a generar es una dualidad de gobernantes, y conflictos de competencia.

Hizo un dramático llamado a los parlamentarios de la zona, a jugársela este proyecto; ya que a su juicio, han demostrado que no les interesa ni conviene la descentralización.

En concreto, la figura del Gobernador Regional tendría en sus manos todos los poderes del Estado, siendo una proyección del Presidente para imponer las directrices gubernamentales.

¿Qué pasaría si el Intendente electo es opositor al gobierno de turno? La pugna de poder y el enfrentamiento de ideas generaría un estancamiento general de la región; que en vez de beneficiarla, centraría sus energías en discordancias políticas mas que en las necesidades de la gente.