Durante la madrugada de este jueves las familias que viven cerca del ex peaje Chaimávida sintieron un fuerte ruido al rededor de sus casas. Al mirar qué ocurría se dieron cuenta que una parte del cerro se había derrumbado, poniendo en riesgo a los habitantes del lugar. Con el correr de las horas las grietas cerca de las casas comenzaron a hacerse visibles.

Juan Riquelme es el dueño de una de las casas que se ubica justo antes de llegar a la plaza de pesaje arriba del cerro, espera que la empresa trabaje pronto para no tener que abandonar su vivienda. Sumado a ello le preocupan las lluvias que se pronosticaron para este fin de semana.

Ante el riesgo latente los vecinos pasaron la noche en vela, así lo relató Patricia Valenzuela, dueña de una de las viviendas que podría verse afectada por el desmoronamiento del cerro. Acusó a la empresa de no realizar bien las obras.

Hasta el lugar concurrió personal de la empresa Sacyr, que construye la ruta entre Concepción y Cabrero, se acordonó el lugar y expertos determinarán qué se debe hacer para evitar la caída del cerro. No se descarta que las tres familias afectadas tengan que abandonar sus viviendas