La ayuda humanitaria empezó a llegar este miércoles a Yemen, horas después de la entrada en vigor de una tregua humanitaria de cinco días entre la coalición árabe liderada por Arabia Saudí y los rebeldes chiitas hutíes.

Dos barcos arrendados por el Programa Mundial de Alimentos (PMA), que estaban estacionados en Hodeida, comenzaron a descargar sus provisiones en distintas provincias del país, anunció una fuente portuaria a la AFP.

El Consejo de Seguridad de la ONU exhortó a todos los beligerantes a respetar la tregua y “permitir la entrada y la entrega de los auxilios necesarios para la población civil, incluida la comida, los medicamentos y el carburante”.

En Saná, varios automovilistas se precipitaron a las gasolineras con la esperanza de poder llenar sus depósitos, según pudo comprobar un corresponsal de la AFP.

El rey Salman de Arabia Saudí anunció haber duplicado hasta los 544 millones de dólares la ayuda de su país en Yemen, donde abrió un centro de auxilio y acciones humanitarias. Según Riad, el espacio, que lleva el nombre del monarca, pretende centralizar toda la ayuda para el país.

La población yemenita expresaba su alivio por el alto el fuego. “Saná vivió una noche tranquila después de que cesaran las explosiones de los misiles antiaéreos y los bombardeos que asustaban a la población”, dijo Tawfic Abdelwahab, un habitante de la capital, controlada por los rebeldes.

La tregua humanitaria entró en vigor el martes a las 20H00 GMT por iniciativa de Arabia Saudí, que lideraba desde el 26 de marzo una campaña aérea contra los rebeldes que amenazaban con tomar el control del conjunto de Yemen, fronterizo con el reino.

La coalición árabe avisó a los rebeldes de que retomará sus bombardeos si violan el alto el fuego y anunció que seguirá con sus operaciones de “inteligencia, reconocimiento y vigilancia” en Yemen.

¿Una tregua prolongada?

Este miércoles, al amanecer, los rebeldes lanzaron misiles antiaéreos en Saná cuando los aviones de reconocimiento de la coalición sobrevolaron brevemente la capital, según testigos, que añadieron que la calma había regresado a la ciudad.

“Esperamos que esa tregua se vuelva permanente. Por fin logramos dormir tranquilamente”, dijo Mohamed al Saadi, un habitante de Saná de 25 años.

Varios habitantes y partidarios del presidente en el exilio, Abd Rabo Mansur Hadi, dieron cuenta de breves escaramuzas en las provincias de Dhaleh y Taez (sur) y en Mareb y Shabwa, al este de Saná, poco después del alto el fuego.

Las organizaciones humanitarias ya avisaron de que necesitarían más de cinco días para atender las necesidades de una población cuya situación es “catastrófica”, según la ONU.

Teherán también tiene la intención de llevar ayuda humanitaria a un puerto de Yemen, y no a una plataforma de Naciones Unidas en Yibuti, como se lo había pedido Washington.

Desde el inicio de los bombardeos de la coalición, murieron 828 civiles según la ONU. El conflicto agravó la situación humanitaria en ese país, donde 12 millones de personas necesitan alimentos, según la ONU.