La ludopatía que podría generar un casino al lado de una universidad fue lo que llevó a la mayoría del Consejo Regional a rechazar nuevamente el proyecto de Boldt-Peralada en Chillán. El argumento, sostuvo el grupo argentino español, fue gatillado por la ignorancia de los consejeros.

Fueron 20 miembros del Core los que adhirieron al negativo impacto en la salud que podría desencadenar la instalación de Chillán Casino Resort a sólo 160 metros de la Universidad Pedro de Valdivia.

Por eso, según explicó el presidente de la instancia, consejero DC Eduardo Muñoz, se calificó como desfavorable para la estrategia de desarrollo regional, el proyecto de Boldt-Peralada.

Se fundó además esa opinión mayoritaria en el supuesto excesivo uso de energía que demandaría el centro de juegos de Boldt, sin una generación propia, lo que va en contra también de las políticas de desarrollo del Bío Bío.

Los argumentos de la ludopatía y la alta demanda energética fueron atribuidos por Ricardo Abdala, abogado de Boldt, a la ignorancia de los consejeros.

No obstante la potencial ludopatía y aunque tuviera las facultades legales, el presidente del Core sostuvo que no estaría por retirar el casino Marina del Sol de su actual emplazamiento, expresando que se trata de un caso distinto al que se propone para Chillán.

Entre los cinco consejeros que sí respaldaron a Chillán Casino Resort estuvo el militante del MAS, Cristian Quiroz, quien subrayó en la urgencia que tiene para la capital de Ñuble una inversión de 55 millones de dólares, esperando por eso que no se judicialice nuevamente el caso.

Boldt-Peralada, aunque estima que la segunda votación no se ajustó a lo ordenado por los tribunales, admitió no tener decidido si llevará nuevamente a la justicia el caso.

De aceptar la votación, el proceso continuará en el Consejo Consultivo que junto con la Superintendencia de Casinos tiene la última palabra sobre el otorgamiento de la licencia.