Dos personas murieron en el noreste de Filipinas por el potente tifón Noul, cuyo paso por el archipiélago obligó a la evacuación preventiva de 3.000 habitantes, declararon este lunes responsables de la defensa civil.

Muchos habitantes evacuados de las provincias de Isabela y Cagayán pudieron regresar a su domicilio el domingo por la noche tras el paso de la tormenta.

El tifón Noul, el cuarto en barrer el archipiélago desde comienzos de año y el más potente, estuvo acompañado de vientos de hasta 220 km/h.

Las autoridades dijeron que no esperan un gran número de víctimas, gracias a las evacuaciones preventivas. La población “aprendió la lección” respecto a las anteriores tormentas, declaró Norma Talosig, responsable de la defensa civil de la región noreste.

Un hombre de 70 años y su hijo de 45 murieron electrocutados al intentar proteger su casa en Aparri, cuando el tifón empezaba a sentirse.

Los habitantes de las aldeas próximas al volcán Bulusán, en el sur de la isla de Luzón, también comenzaron a regresar a casa.

Según los servicios meteorológicos, Noul se encontraba por encima de las islas septentrionales el lunes rumbo a Japón.

Cada año cerca de 20 tifones y tormentas afectan a Filipinas, en muchos casos provocando víctimas mortales. En noviembre de 2013, el tifón Haiyan dejó 7.350 muertos o desaparecidos.