La joven penquista que junto a su marido sobrevivió al terremoto de Nepal cuando descendía del Everest, ya se encuentra de retorno en nuestro país en la casa de su madre en el sector de Lonco, donde recordó algunos pasajes de la tortuosa travesía que casi le costó la vida.

María Fernanda Rubio Muñoz y su marido Andrés Gutiérrez del Villar llegaron a Nepal el 17 de abril y, cumpliendo un anhelado deseo, subieron hasta el campamento base del imponente monte Everest, a 5.800 metros de altitud.

Cuando regresaban, en medio de la caminata por un valle, sobrevino el terremoto. La montaña crujió y parecía que los aplastaba, en medio de una escasa visibilidad debido a la nieve, recordó más tranquila en la casa de su madre, en Lonco, camino a Chiguayante.

Bajaron hasta Lukla, a dos mil metros de altitud, y a las pocas horas comprendieron que salir de Nepal sería complicado, porque la prioridad era sacar los cadáveres vía aérea y el lugar comenzaba a llenarse de turistas.

Por eso resultó desolador, días después, observar al helicóptero que debió sacarlos hasta Kathmandu irse con desconocidos que los suplantaron aprovechando un tumulto.

Pero finalmente, por medios propios, salieron de Nepal hacia Turquía, España y finalmente Chile. Una experiencia extrema de la cual María Fernanda sacó lecciones.

Ahora con su marido se establecerán en Chillán, dando un recomendable reposo a su inagotable ánimo aventurero y deportivo.

María Fernanda Rubio Muñoz | Pedro Cid (RBB)

María Fernanda Rubio Muñoz | Pedro Cid (RBB)