Los trabajadores que retiraron asbesto desde la central Bocamina I de Endesa y que aseguran estar enfermos, siguen su ofensiva para conseguir que el gobierno costee los exámenes que requieren. La senadora Jacqueline van Rysselbergue comprometió gestiones en ayuda de estas personas.

Entre dos y cuatro meses estuvieron expuestos al asbesto un centenar de operarios que en septiembre del año pasado trabajaron en el retiro de este elemento aislante que durante décadas recubrió ductos de la planta.

Algunos afirman que a las pocas semanas ya presentaban patologías respiratorias que no han tenido explicación. Otros con el paso de los meses han comenzado a mostrar síntomas.

Omar González ha encabezado la cruzada de trabajadores contra el asbesto. Dice que los exámenes de la Mutual de Seguridad nada detectaron, pero sí el que se realizó en el Hospital Regional cuando buscaba un diagnóstico a sus molestias.

González asegura que la Seremi de Salud comprometió la realización de varios scanner para evaluar a otros trabajadores que presentan síntomas, sin embargo luego se les negó. Por esto, acudieron a la senadora Jacqueline van Rysselbergue quien comprometió gestiones para la ejecución de los exámenes necesarios para establecer si todos padecen lo mismo.

Según los afectados, se necesita un puñado de asbesto para matar a 200 personas y esto se ha esparcido al aire en Coronel. Nelson Durán también trabajó en el retiro de asbesto y asegura que el incumplimiento de los protocolos de seguridad fue denunciado, pero nadie se hizo cargo.

El grupo estudia la posibilidad de presentar una querella debido al daño que aseguran se les ha causado. Están además a la espera del resultado de los sumarios que realizaba la autoridad sanitaria en torno al hecho.