El Obispo vicepresidente de la Conferencia Episcopal, Alejandro Goic, asumirá un rol de mediador, para permitir una nueva reapertura de las negociaciones entre el gobierno y los ex presos políticos que se encuentran desde hace 25 días en huelga de hambre. Los huelguistas confían que tras el fracaso de cuatro reuniones con el Ejecutivo, la mediación ayude a visualizar una respuesta a sus demandas.

25 días en huelga de hambre cumplieron más de cien ex prisioneros políticos en distintas ciudades del país, exigiendo el programa acordado en materia de derechos humanos y la debida reparación para las víctimas de la dictadura militar al Gobierno.

Las demandas apuntan a la igualación de pensiones por violaciones a los Derechos Humanos, la liberación de información de la comisión Valech, una modificación al Código Penal tipificando el delito de tortura, y un mayor protagonismo del Ejecutivo en los procesos por delitos de lesa humanidad.

La situación en la que se encuentran los ex presos políticos, motivó a la intervención de algunas autoridades de la Iglesia Católica.

El vicario de la Pastoral Social y de los Trabajadores, Andrés Moro, destacó que lo importante es visibilizar el conflicto social y escuchar las demandas de las víctimas y así poner fin al diálogo de sordos que hasta ahora ha existido.

Mientras que el secretariado nacional de la agrupación de Ex Presos Políticos, Patricio Negrón, señaló que el Estado debe entender que el costo de un golpe de estado es alto e inclusive más de lo que está demandando.

Los huelguistas confían que tras el fracaso de cuatro reuniones con el Gobierno, la intervención del vicepresidente de la Conferencia Episcopal, obispo Alejandro Goic, de asumir un rol de mediador, ayude a cristalizar una respuesta de las autoridades.

Destacar que los ex presos políticos exigieron al Estado cumplir con los compromisos que adquirieron en diciembre pasado tras una huelga realizada por ese entonces por dirigentes de Rancagua.