Cuatro comunidades mapuche lafquenches mantienen vigentes peticiones de uso y administración de espacios marinos que comprenden gran parte del borde costero de la región, desde Tomé hasta Tirúa. Hay preocupación en organizaciones de la pesca artesanal por que pudieran ser desplazados.

Es la llamada ley lafquenche, que entrega la administración de espacios marinos delimitados a comunidades indígenas o asociaciones que comprobadamente han ejercido en dicho lugar el uso consuetudinario.

En etapa de tramitación se encuentran cuatro solicitudes realizadas por agrupaciones de la región. La más extensa corresponde a Lafquen Mapu Meu, que pide la concesión del borde costero desde Tomé a Arauco.

Otras peticiones son de las comunidades Leufu de Lebu, Huentelolén de Cañete, y Lleu Lleu Quidico de Tirúa Norte. Frente a esto, las organizaciones de pescadores artesanales se encuentran atentas y también preocupadas por el resultado de estas peticiones. Unas creen que la actividad que realizan no se contrapone a lo que solicitan las comunidades lafquenches, otras no lo tienen muy claro.

Sara Garrido, dirigenta de algueras de Coliumo y directora nacional de la Conapach, dice que confían en que no habrá problemas en caso de que se les otorgue el uso de estos espacios marinos a pueblos originarios, pero requieren de ellos un compromiso.

El alcalde de Tirúa, Adolfo Millabur, uno de los impulsores de la ley promulgada el 2008, dice que lamentablemente las peticiones se han entrampado en el aparato estatal y no han tenido respuesta. Pero además descartó de plano que su aplicación vaya a poner en riesgo la actividad que en la región realizan miles de pescadores.

La comisión regional de uso de borde costero tiene previsto escuchar en su próxima sesión a las comunidades que piden en la región del Bío Bío la administración de estos espacios costeros de manera indefinida.