La policía tailandesa anunció este martes el descubrimiento de un nuevo campamento en la jungla con fosas que podrían contener cadáveres de inmigrantes ilegales, como los que cada año caen en manos de las redes de traficantes buscando una vida mejor.

Las fosas fueron descubiertas a menos de un kilómetro de un campamento similar en la provincia de Songkhla, cerca de la frontera con Malasia, donde durante el fin de semana se hallaron otros 26 cuerpos.

“Encontramos otro campo ayer (lunes) por la noche”, dijo el portavoz de la policía Prawut Thavornsiri. “También encontramos cinco tumbas pero todavía no podemos confirmar si hay cuerpos dentro”, añadió.

En el primer campo se encontraron también dos adultos afectados por malnutrición y sarna que fueron llevados a un hospital.

Tráfico de inmigrantes

Las asociaciones de defensa de derechos humanos acusan a Tailandia de ignorar el tráfico de inmigrantes que llegan desde los países vecinos, a pesar de que en los últimos meses la junta militar ha llevado a cabo varias operaciones.

Cada año, decenas de miles de musulmanes rohingya, procedentes de Birmania y Bangladesh, cruzan el mar hacia el sur de Tailandia, una ruta conocida por los traficantes que los llevan luego a Malasia o más lejos.

El sur de Tailandia está lleno de campamentos clandestinos donde los traficantes mantienen a los inmigrantes, muchas veces contra su voluntad, a la espera de que sus familiares paguen rescates.

La reciente campaña de la junta militar, con la detención de unos de los principales responsables del tráfico llamado “Anwar”, ha llevado a los traficantes a abandonar los campos, dejando detrás inmigrantes muertos o en muy mal estado de salud.

Cadáveres de migrantes encontrados en fosas | AFP

Cadáveres de migrantes encontrados en fosas | AFP

Una minoría perseguida

El éxodo de los rohingya empezó en 2012 tras los disturbios en el estado birmano de Rakhine. Naciones Unidas los considera una de las minorías más perseguidas del mundo.

Los rohingya que viven en Bangladesh también han sido llevados hasta Tailandia por los traficantes, a veces engañados con falsas ofertas de trabajo.

Durante una visita el sábado a la región, un periodista de la AFP pudo hablar con dos inmigrantes adolescentes detenidos por la policía que explicaron cómo habían huido del campamento en la jungla.

Policías implicados

Según el el portavoz de la policía cinco funcionarios de la ciudad Padang Besar, situada a 25 kilómetros del primer campo, han sido acusados de tráfico de personas y otros dos están prófugos.

En otro comunicado separado, la policía anunció que 15 agentes de policía han sido transferidos, entre ellos un alto responsable de Padang Besar y otro en la ciudad de Satun, en la costa sureste del país.

Las organizaciones de defensa de los derechos humanos se han felicitado de la ofensiva contra el tráfico de la junta militar y por la detención de Anwar, un birmano que se cree que es también rohingya.

“Su nombre ha aparecido regularmente en los últimos dos o tres años”, dijo Chris Lewa de Arakan Project, una organización que registra el tráfico por mar de los rohingya y entrevista a los supervivientes.

“Muchos emigrantes lo describen como un personaje clave”, añadió.