Ante los últimos supervivientes del campo nazi de Dachau -sur de Alemania-, la canciller alemana, Angela Merkel, llamó el domingo a “no volver a cerrar los ojos” ante el antisemitismo, con ocasión de la emotiva conmemoración del 70º aniversario de la liberación de este campo.

“Tenemos el deber de no volver nunca a cerrar los ojos o los oídos frente a quienes insultan, amenazan o agreden a aquellos que dicen ser judíos o defienden a Israel”, declaró ante varios centenares de supervivientes, veteranos estadounidenses y responsables políticos reunidos en el campo de Dachau, a 17 kilómetros al noroeste de Munich.

Evocando el “gran honor” que suponía conocer a los supervivientes de la barbarie nazi, Angela Merkel, nacida nueve años después del final de la Segunda Guerra Mundial, insistió en que el judaísmo forma “parte” de la identidad alemana.

Esta es la primera vez que la dirigente alemana participa en una ceremonia en un campo de concentración durante los 12 meses de conmemoraciones del fin de la barbarie nazi y, dada la avanzada edad de los supervivientes, será posiblemente uno de los últimos encuentros.

A su llegada, Merkel fue recibida, bajo una gran tromba de agua, por el presidente del Consejo Central de Judíos de Alemania, Josef Schuster.

Junto a un deportado francés, Clément Quentin, la canciller depositó un ramo de flores frente al antiguo crematorio.

Quentin, de 94 años, había contado a la AFP que “esperaba a morir” cuando el 29 de abril de 1945 los soldados norteamericanos liberaron el campo.

Supervivientes, ex combatientes y políticos recorrieron a pie, bajo la lluvia, el camino hacia la plaza donde los prisioneros sometidos a trabajos forzados eran contados cada día.

Con la mayoría de ex prisioneros ya fallecidos, el representante judío exhortó a guardar intacta la memoria de la Shoah. Con el tiempo, “la distancia aumenta, la empatía disminuye”, insistió. Y dirigiéndose a los jóvenes, afirmó: “No tenéis la culpa, pero portáis la responsabilidad” de no olvidar el horror de los campos.

Cuando los americanos liberaron el campo, “sentí cómo volvía a convertirme en un ser humano”, explicó otro superviviente francés, Jean Samuel, ante centenares de invitados del mundo entero.

Los soldados “no podían creer lo que veían cuando se encontraron los montones de cadáveres” en esa fábrica de muerte. “Yo tenía 21 años, la guerra me había robado la juventud”, afirmó, evocando los años de silencio antes de decidirse a dar testimonio de su historia, ya jubilado.

Abierto inicialmente para internar en él a los prisioneros políticos, Dachau sirvió de modelo de organización para los otros campos de la muerte, desde Treblinka a Buchenwald.

“Responsabilidad particular”

La víspera de esta conmemoración, Angela Merkel, insistió en la “responsabilidad particular” de Alemania, 70 años después del fin del Holocausto, en el que seis millones de judíos fueron exterminados en el peor intento de eliminación de un pueblo.

El “¡Nunca más!” que preconiza Alemania desde 1945 significa también hoy “velar para que nuestros ideales y nuestros valores sean realmente respetados”, según Merkel, primera jefe de un gobierno alemán en visitar Dachau, en agosto de 2013.

La participación de Angela Merkel en esta conmemoración ha sido bien recibida por los supervivientes. “Es una señal de amistad francoalemana muy importante para la paz en Europa tras la Guerra”, declaró a la AFP Clément Quentin.

En esta apacible ciudad de Baviera, en el campo, abierto el 22 de marzo de 1933 – menos de dos meses después de la llegada de Hitler al poder -, se instaló primero una fábrica de municiones abandonada antes de la construcción de un gran complejo de edificios a partir de 1937.

Más de 206.000 prisioneros procedentes de 30 países pasaron por el campo, entre ellos el antiguo primer ministro francés Léon Blum, que era judío. Más de 41.000 fueron asesinados o murieron de agotamiento, de hambre de frío o de malaria.

Las conmemoraciones internacionales del 70º aniversario de la apertura de los campos se iniciaron el 27 de enero en Auschwitz, en Polonia ocupada por los nazis.