Una joven profesional de Concepción y su marido, de Chillán, son parte del grupo de chilenos varados en Nepal, a los pies del monte Everest, a cinco días del terremoto que sacudió a ese país. La madre de la joven espera ayuda de las autoridades para conseguir que salga lo más pronto del siniestrado lugar.

Hace dos semanas que la odontóloga penquista María Fernanda Rubio Muñoz y su esposo Andrés Gutiérrez del Villar, se encuentran en Nepal, hasta donde llegaron para conocer el imponente monte Everest.

Llegaron hasta el campamento base, a más de 5.000 metros de altitud, y ya de regreso a la localidad de Lukla, donde existe otro lugar de descanso, sobrevino el terremoto 7.8, el sábado recién pasado.

La madre de la joven, Pilar Muñoz, domiciliada en Lonco, se contactó vía WhatsApp con su hija, que no puede salir de Lukla para llegar a la capital Katmandú y desde ahí abordar un avión que la saque de Nepal.

En Lukla, a más de 2.000 metros de altitud, la situación empieza a ser desesperante, con muchas personas pidiendo alojamiento y ayuda para volver a sus países. Ahí Fernanda y Andrés se encontraron con otras tres chilenas con las cuales analizan las opciones para abandonar Nepal.

Si no hay avión, deberán caminar seis días para llegar a Katmandú. En Nepal no hay embajada chilena y lo más cercano es el consulado de India, desde donde la diplomacia poco puede hacer por los chilenos varados.

Pilar espera que el viaje de turismo no se transforme en una tragedia completa para su hija y yerno; aguardando que las autoridades le extiendan una mano para tenerla lo más pronto de regreso en Chile.

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