El fiscal general de Indonesia defendió este miércoles las ejecuciones de los condenados a muerte por narcotráfico y declaró que su país afronta una “guerra” contra la droga.

“Estamos en guerra contra los horribles crímenes vinculados a la droga, que amenazan la supervivencia de nuestra nación”, declaró Muhammad Prasetyo a los periodistas en Cilacap, ciudad portuaria y vía de acceso a la isla de Nusakambangan, donde se encuentra el “penal de la muerte”.

Los siete extranjeros condenados -un brasileño, dos australianos, cuatro africanos- y un indonesio fueron fusilados allí la noche del martes al miércoles a pesar de múltiples peticiones de clemencia por parte de la comunidad internacional y de las familias de los ajusticiados.

Una joven madre de familia filipina que también iba a ser ejecutada por narcotráfico obtuvo un aplazamiento en el último momento.

“Querría decir que una ejecución no es una tarea agradable, pero debemos llevarla a cabo para salvar a la nación del peligro de las drogas”, añadió Prasetyo.

“Nosotros no consideramos enemigos a los países de donde vienen los ejecutados. Nosotros luchamos contra los crímenes relacionados con la droga“, recalcó.

El fiscal general minimizó también la decisión de Australia de convocar a su embajador después de la ejecución de dos ciudadanos suyos y estimó que se trata de una “reacción temporal”.